
La Casa de Ceuta en la capital andaluza acogió un pregón que estuvo dedicado a todas aquellas personas ceutíes que no pueden disfrutar de su Semana Santa debido a la lejanía
Tras ser pregonero de la Semana Santa de su tierra en 2016, Eusebio Belmonte fue elegido por la Casa de Ceuta en Sevilla para pregonar la Semana mayor ceutí. Así, en la noche del viernes, la capital andaluza acogía un pregón que no dejó indiferente a nadie. “Permítanme y perdónenme, que mi pregón empiece por mi tierra, que es la vuestra. Perdónenme ustedes, que son sin lugar a dudas, los que más quieren a mi tierra, solamente por el hecho de estar lejos, y déjenme por un momento les traslade hasta mi Ceuta, tanto de los que allí somos, como a los que nos acompañan hoy”... Asi comenzaba Belmonte un pregón en el que defendió los valores del cristianismo e hizo un repaso por la Semana Santa de Ceuta; sus hermandades, su gente, sus tradiciones y sus culturas. Sí, porque por encima de creencias y religiones, en Semana Santa se respira respeto por el resto de comunidades religiosas cuando sus pasos salen a la calle. Y eso es lo que destacó Belmonte en su pregón.
El pregonero recordó que ”una de las personas que mas me marco, e hizo calar en mi este amor por mi Ceuta y sus tradiciones, hasta rallar la locura, fue un loco como vosotros, residente en Cataluña, que estuvo más de media vida, alejado de su Ceuta, de la que tuvo que marchar para poder buscar el pan, y aun así al hablar de su tierra se le iluminaba los ojos y la cara, ese hombre con el que el destino me premió, años más tarde de acompañarlo en su vuelta a Ceuta después de tantos años, y grabado en mi memoria ese amor por lo suyo, que Dios lo tenga en su gloria, y así entenderéis que yo, no me canse de agradeceros que seáis de verdad los más puros y verdaderos caballas de corazón”, destacó.
En su pregón, Belmonte recordó que “hay una época al año, que mi tierra tiene un color especial, tiene una luz especial, la primavera y su cuaresma, que se abre paso a paso en el trascurrir de los días, esa cuaresma hace que mi tierra se trasforme en la luz de Cristo, que me gusta la Cuaresma, y tener la oportunidad de vivirla en plenitud, las noches de ensayos, de convivencias, de limpiar candeleria o de montar los pasos, esas noches que sin planearlo, se alargan de madrugada entre charlas de amigos y hermanos, delante de un video, un bocata o una copa”.
En la recta final del pregón, Eusebio Belmonte también tuvo palabras para su madre. Así, indicó; “Y permitirme que os cuente que yo estaba predestinado a enamorarme de ella, huérfano de padre desde muy chico, tengo una madre luchadora, que fue madre y padre a la vez, que velo por mis hermanos y por mí, y puso en nosotros los mimbres para ser buenas personas, y mucho de lo que soy, a ella se lo debo, sino todo cuanto soy”.
Por último, también tuvo palabras para su Patrona, Nuestra Señora de África. aquí en tierra extraña, “permitirme que os cuente, la devoción de mi pueblo, la devoción del caballa, la que es faro , luz y guía de ceutíes y ausentes, y no vi mejor manera que rescatar de otro pregón, este fragmento a mi Madre, fragmento con mas verdad, que diera el año pasado en el pregón de mi Ceuta, y como tanto me lleno y como mi madre es ella al igual que de vosotros dejarme que os cuente ahora como es la Madre de todos los caballas.
Porque sinónimos de Madre en el mundo habrá miles pero en Ceuta Madre se dice África y África se dice Madre.”.
Asi concluyó su pregón Eusebio Belmonte, que fue ovacionado por los miembros de la Casa de Ceuta, que llenaron un local en el que día tras día se respiran los aires de una Ceuta presente, como no, en la capital de Andalucía gracias a su gente.