El tabaquismo en los adolescentes de Ceuta
Los jóvenes de Ceuta fuman menos que la mayoría de otras regiones de España. Pero debemos de trabajar para rebajar aún más los niveles de tabaquismo por sus graves consecuencias para la salud.
El tabaco es una de las drogas “legales” de más fácil acceso para toda la población, y también para los adolescentes. De los cientos de componentes de un cigarrillo la nicotina es uno de los más adictivos, que genera una fuerte dependencia física. Tiene unos efectos estimulantes sobre la actividad cerebral, elevando los niveles de la hormona dopamina, que es un neurotransmisor en la comunicación entre las neuronas o sinapsis. La nicotina entra en la sangre a través de los pulmones y en tan solo siete segundos ya ha llegado al cerebro para desencadenar una especie de estado de relajación.
Pero cuando se fuma no sólo se inhala nicotina, entre otras sustancias más destacamos el alquitrán, que es la sustancia responsable del 70% de casos de cáncer de pulmón y del 80% de estómago, así como de laringe, esófago, riñón y vejiga. También se encuentran en el cigarrillo derivados nitrosos de gran impacto sobre el hígado.
Los riesgos del tabaquismo no se limitan a los pulmones, a la circulación sanguínea o al hígado, van mucho más allá porque afectan a la calidad de nuestras vidas: por la fatiga prematura desencadenada por la falta de oxígeno en las células; por la deshidratación y encartonamiento de la piel; por la degradación y empeoramiento de la apariencia física; por la progresiva pérdida de las ganas de comer y la menor sensibilidad para los olores y los sabores. También se empeora la imagen del adolescente al amarillearse el color de sus dientes y de la piel de los dedos, por la tos y las frecuentes expectoraciones. El tabaquismo puede afectar a la actividad sexual y a la capacidad para lograr y mantener una suficiente y duradera erección, facilitando el fumar la impotencia.
En las mujeres embarazadas fumar o inhalar humo de tabaco (fumadoras pasivas) puede provocar abortos espontáneos, nacimientos prematuros y daños físicos y mentales en la criatura. Así pues, fumar no sólo nos perjudica en el día a día y envejece y afea nuestra imagen sino que provoca una clara disminución de nuestras expectativas de larga y feliz vida. Sencillamente cada cigarrillo que fumas son minutos que vas quitándole a tu vida. Si además empiezas a fumar de adolescente los efectos del tabaquismo son aterradores sobre el desarrollo físico y la actividad cerebral. Sin dejar de hablar de la más que posible deriva del chico o de la chica que fuma hacía el consumo de otras drogas según va avanzando en su edad.
¿CUÁL ES LA SITUACIÓN ACTUAL DEL TABAQUISMO EN LOS ADOLESCENTES DE CEUTA?
Los datos que hemos obtenido en el Estudio ABYLA ayudan a construir una imagen de gran precisión sobre el problema. Nuestros jóvenes han respondido a una serie de preguntas sobre el consumo de tabaco. La primera de ellas nos permite hallar el porcentaje de adolescentes que han fumado, aunque haya sido una sola vez, un cigarrillo: un 26,6% de nuestros jóvenes de 13 a 19 años han fumado en algún momento.
Sin embargo afirman fumar en la actualidad un 9,5%. De la simple comparación de ambos datos podemos confirmar que afortunadamente son muchos los jóvenes que prueban con esos primeros pitillos, llevados posiblemente por las ganas de experimentar, de explorar, de confraternizar con los colegas, o de imitar a algún familiar, pero que dejan de fumar a las pocas semanas o meses. Por culturas son los adolescentes cristianos más fumadores que los musulmanes, y las edades más críticas tanto para iniciarse como para afianzar el hábito del tabaquismo son de los 14 a los 16 años, coincidiendo con la escolarización en los últimos años de la ESO y con el Bachillerato (Tabla 1).
En relación con la edad de la iniciación o del primer pitillo, los 12 años aparece como momento muy importante. A la edad de 15 años el porcentaje acumulado de jóvenes fumadores que han cogido un cierto hábito de fumar alcanza ya un 81,9% (Tabla 2).
Interés especial tiene el poder conocer la frecuencia con la que el adolescente fuma, porque de ello va a depender en gran medida el grado de adicción y el afianzamiento del tabaquismo y sus penosas consecuencias. De los adolescentes que fuman en Ceuta, solamente el 9,1% lo hacen diariamente, y con edades de 17 a 19 años, siendo más habitual el consumo en fines de semana o en la modalidad esporádica de algún pitillo al mes (Tabla 3).
Otra variable o aspecto muy relevante en la lucha contra el tabaquismo juvenil es conocer la razón fundamental que les lleva a fumar. Esto es lo que han manifestado:
- Un 25% de los que fuman dicen hacerlo por diversión
- Un 50% refieren hacerlo porque les tranquiliza
- Un 16,7% lo hacen por curiosidad
- Un 8,3% dicen no saber por qué fuman
La visión sobre el tabaquismo en los adolescentes de Ceuta no sería completa sin valorar la evolución que ha tenido en los últimos ocho años, y con ello poder apreciar la tendencia del problema. Nos vamos a apoyar para este fin en los datos ofrecidos por el Estudio HBSC (acrónimo del estudio de ámbito europeo Health Behaviour in School aged Children, sobre las conductas relacionadas con la salud en los jóvenes escolares entre los 11 y los 17 años) para el año 2006. Según este estudio la proporción de adolescentes de Ceuta y Melilla que habían fumado alguna vez era de un 17%, y la frecuencia de los jóvenes que seguían fumando después de aquellos primeros pitillos era del 7%. En consecuencia, en el tiempo transcurrido de ocho años entre los dos estudios (HBSC en 2006 y ABYLA en 2014) no se ha producido un aumento en el tabaquismo en adolescentes, más bien hay un mantenimiento e incluso una ligera disminución. Dónde sí que ha habido una clara disminución ha sido en la presencia de fumadores en el entorno familiar.
Y ¿Cuál es nuestra situación en comparación con otras Autonomías de España?
El consumo de tabaco por los adolescentes de Ceuta se encuentra entre los más bajos de toda España. Esta situación no debe de servirnos como argumento para rebajar la vigilancia y acometer las acciones que permitan erradicar el tabaquismo en nuestros jóvenes. Para concienciarnos todos de esta necesidad de luchar contra el tabaquismo en los adolescentes, finalizamos este artículo señalando algunas de las asociaciones o correlaciones que hemos encontrado en el Estudio ABYLA entre el tabaquismo y otras variables: mayor frecuencia en sentirse cansados; peor percepción de su salud; menor gusto por ir al instituto/colegio; menor sentimiento de felicidad; menor frecuencia de actividades físicas y deportivas; mayor sentimiento de soledad; mayor consumo de horas de videojuegos y de televisión; mayor consumo de alcohol.
Todo ello, unido a los grandes males sobre la salud originados por el cigarrillo ya descritos al inicio de este artículo, hace que familias, profesores y profesionales de atención sanitaria estemos implicados en la orientación y apoyo a nuestros jóvenes. Sobre todo para ese consumo intensivo de fines de semana a partir de los 16 años, y con iniciaciones en torno a los 12 y 13 años. Todos salimos beneficiados.
* Doctor especialista en Alimentación, Nutrición y Educación para la Salud. Máster en Sexualidad Humana y en Bioética. Catedrático de Biología y Geología del IES “ABYLA” de Ceuta. Componente del grupo de investigación sobre adolescentes HUM 840 de la Universidad de Granada.