Un informe psicológico señala que “la declaración de las menores en el juicio oral puede redundar en la victimización secundaria”

Caso Abusos sexuales

El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Ceuta ya ha emitido informes psicológicos de las menores que sufrieron los presuntos abusos

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El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Ceuta ya ha emitido varios informes psicológicos de las menores que presuntamente sufrieron abusos sexuales por parte de J.A.G.C., dentro y fuera del CEIP Lope de Vega.

En los citados informes se indica que “analizado el relato desde un punto de vista de la Psicología del testimonio”, las menores “no presentan alteraciones cognitivas ni psicopatológicas que mermen su capacidad para relatar los hechos con precisión y exactitud, es decir, no encontramos factores cognitivos que influyan de forma particular en la adquisición, retención, recuperación y comunicación verbal de la información”.

Solo en el caso de dos de las menores, se indica que “no posee las habilidades cognitivas suficientes para la correcta percepción, almacenamiento en la memoria, recuperación e identificación de la fuente de información”, añadiendo que “estas limitaciones en sus capacidades cognitivas, derivadas de su etapa psicoevolutiva, y sus carencias idiomáticas, hacen que no podamos recabar de la menor un relato con las suficientes garantías para su análisis con cualquiera de lastécnicas utilizadas a tal fin”.

Por otro lado, el informe realizado advierte que el componente motivacional (voluntad para explicar los hechos de forma realista) no puede determinarse con la necesaria fiabilidad y validez, ya que encontramos limitaciones metodológicas en el análisis del testimonio desde un punto de vista de la psicología forense”. En este sentido, se señala que “esta situación tiene consecuencias negativas para analizar el testimonio de la menor, por lo cual el mismo puede estar contaminado”, indicando que “cada vez que se recuerda un suceso la huella de memoria que lo representa se reconstruye, lo que implica que con cada recuperación los recuerdos se van transformando mediante la incorporación de nuevos datos y la reinterpretación de los ya existentes, por lo que el relato del supuesto suceso perderá la espontaneidad que se esperaría de un relato sobre algo real, adquiriendo características que podrían ser propias de un relato fabricado. Por ello las técnicas pierden validez”, destacan.

Sobre si la declaración de los menores de edad, en el acto del juicio oral, puede ser o no perjudicial, de manera que resultara afectado su desarrollo personal y su indemnidad moral y psíquica, se informa que “el transcurso de tiempo entre los hechos y el juicio, no puede sino redundar en la «victimización secundaria», aun cuando se hubiese preconstituido prueba mucho tiempo atrás”, añadiendo que “el inevitable recuerdo de lo acontecido cuando quizás las posibles heridas emocionales están curadas o, al menos, atenuadas, es muy negativo para los menores”.

Según se especifica que “es un riesgo repetir la declaración nuevamente en la fase de juicio oral ante un tribunal, porque los recuerdos que tendrá la menor estarán alterados por el transcurso del tiempo y la huella de memoria se habrá degradado de forma acusada, es decir, no será un recuerdo ajustado a la realidad si no una reconstrucción, a lo que hay que añadir las limitaciones cognitivas debido a la corta edad que presenta en este caso particular la menor informada”.

Por otra parte, “un juzgado tiene un ambiente hostil para un menor, que se siente sobrecogido por tanto formalismo y rigor, pudiendo sentir que se le está juzgando a él según lo que diga y cómo lo diga. Hay que evitar esa presión añadida sobre los menores”, subraya el informe realizado por El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Ceuta.

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