La ley de la jungla en la prisión de Ceuta

PRISIONES

Desde la apertura del Centro Penitenciario Fuerte Mendizábal los internos, sus familiares y los trabajadores del mismo, hemos sido víctimas del desprecio más absoluto de las autoridades

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La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones –APFP-, denuncia el caos absoluto en la gestión del Centro Penitenciario de Ceuta, donde impera actualmente “la ley de la jungla”.

Con este artículo, queremos hacer un llamamiento de auxilio, porque el control de la prisión está actualmente en manos de un grupo de internos violentos que, por medio del robo, la extorsión, la violencia y la amenaza, logran imponer su ley: la ley del más fuerte. Además, esta situación se ve seriamente agravada por la caótica gestión del Equipo Directivo, motivo por el cual este Establecimiento muy pronto resultará ingobernable; “esperemos no tener que lamentar alguna desgracia personal”, aseveró José María Raya, portavoz de este sindicato.

Nos encontramos en un escenario donde se producen un promedio de más de 2 peleas diarias en el Centro, porcentaje que resulta disparatado con respecto al índice de conflictividad de otras prisiones con mayor número de departamentos operativos.

En este contexto, los funcionarios se tienen que jugar el físico en cada ocasión, para sofocar los incidentes y restablecer la normal convivencia, sin que la Dirección del Centro adopte medidas eficaces para solucionar esta problemática. “Si a todo ello le añadimos que, según la información aparecida en los medios de comunicación, nuestro centro de trabajo ha sido tiroteado recientemente, llegamos a la conclusión de que acudir a prestar servicio al Centro Penitenciario de Ceuta conlleva asumir un alto riesgo para nuestras vidas”, sentenció el portavoz sindical.

Concretamente, el día 31 de mayo se ha producido un conato de motín carcelario, en el que algún funcionario resultó lesionado, insultado, amenazado y escupido en la cara, por uno de los cabecillas del grupo amotinado.

Somos conscientes de que nuestra profesión entraña riesgos, pero a diferencia de otros colectivos como Policía, Guardia Civil o Bomberos, ni se nos imparte la formación adecuada para hacerles frente, ni se nos proporcionan los medios adecuados para ello; “nuestra profesionalidad, un bolígrafo, un papel y un walki son nuestras únicas herramientas para resolver los incidentes regimentales del día a día”, afirmó Raya.

Por desgracia, este tipo de sucesos que resultan cotidianos, están sumiendo a la plantilla del Centro Penitenciario de Ceuta en un estado de colapso emocional generalizado. “Estamos totalmente desbordados, desamparados y abandonados a nuestra suerte por la Dirección del Centro y por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias”, concluyó el delegado.

Tras la apertura del Centro Penitenciario Fuerte Mendizábal, el 13 de noviembre de 2017, los internos, sus familiares y los trabajadores del mismo, hemos sido víctimas del desprecio más absoluto de las autoridades administrativas nacionales y locales de distintos colores políticos, sin que dicha situación haya sido corregida ni un ápice hasta el día de la fecha, a pesar de haber sido denunciada en reiteradas ocasiones por las distintas organizaciones que representan a los trabajadores penitenciarios.

De esta forma, a pesar de haberse multiplicado exponencialmente el tamaño de las instalaciones, la carga de trabajo y el índice de ocupación de la población reclusa, la Administración Penitenciaria sigue sin dotar a este Centro de una plantilla suficiente para atender estas necesidades, lo que nos dificulta enormemente, no solo cumplir con nuestro cometido legal de reeducar y reinsertar a los internos, sino que además nos imposibilita garantizar su vida y su integridad física.

La falta de tratamiento individualizado y de clasificación interior en nuestro Centro -conceptos preceptivos contemplados por la legislación penitenciaria vigente- hacen que en la actualidad coexistan hacinados en los módulos operativos, internos preventivos y penados, primarios y multireincidentes, menores de edad y mayores, internos con delitos de sangre y largas condenas, con internos que están pagando arrestos muy cortos…, en definitiva, se encuentran fatalmente mezcladas, personas que no tienen nada que perder, con otras que han cometido un leve error y que pueden ver su vida truncada y cuestionada por esta nefasta gestión administrativa.

Y ante este endiablado maremágnum, ¿cuál es la respuesta de la Dirección del Establecimiento Penitenciario de Ceuta?

En un primer momento, su postura fue manifestar ante los medios de comunicación, que con el número inicial de internos, que por entonces no superaba los 250, la plantilla de trabajadores resultaba suficiente. Respuesta errónea, señor Director, pero aún otorgándole el beneficio de la duda, ¿qué va a declarar Usted a los medios de comunicación ahora, que la población reclusa supera los 400 internos?

En segundo lugar, la postura de la Dirección suele ser la de un enrocamiento irresponsable, en el que no se solicita a la Administración Penitenciaria que se cubran ni las muertes, ni las jubilaciones, ni las bajas por enfermedad de larga duración, ni las guardias sanitarias de presencia física, ni ninguna otra contingencia. Su máxima preocupación es que el Centro Penitenciario de Ceuta no se mencione en Madrid ni para bien ni para mal. En esta temeraria praxis, se están cubriendo habitualmente los servicios de todas las áreas del Centro con funcionarios en prácticas, que deben estar continuamente acompañados y tutelados, y que en cambio desarrollan su servicio y asumen tal responsabilidad en solitario en muchas ocasiones sin el correspondiente reconocimiento salarial.

Para finalizar esta entrega, el Equipo Directivo del Centro Penitenciario de Ceuta se dedica a dificultarnos el trabajo hasta la saciedad, con una carga burocrática innecesaria e inasumible, lo que va en detrimento del tratamiento penitenciario, de la debida atención a los internos y a sus familiares y de la seguridad y vigilancia interior del Establecimiento.

En resumen, nos encontramos soportando un Equipo Directivo que a nuestro juicio no está capacitado para dirigir este Centro y que con sus discutibles decisiones, está manchando nuestra honorabilidad y profesionalidad. Tan solo la dedicación y el esfuerzo ilimitado de esta plantilla, han permitido sacar el servicio adelante, a pesar de la Dirección del Establecimiento, de la apabullante escasez de personal y del constante crecimiento de la población reclusa que conlleva el hacinamiento, la falta de clasificación y un aumento significativo de los incidentes regimentales, tanto en su número, como en la gravedad de los mimos.

Por todas estas razones, desde la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones, denunciamos ante la opinión pública la pésima gestión desarrollada por el Equipo de Dirección del Centro Penitenciario de Ceuta, cuestión que trasladaremos ante la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias para volver a solicitar su cese.

Por José María Raya, Delegado de la Junta de Personal de Ceuta por el sindicato APFP

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