Mascarillas y guantes que llegan a nuestros mares: el nuevo problema ambiental
CRISIS CORONAVIRUS
Si la cuarentena ha traído algo bueno al mundo ha sido la limpieza de contaminación sin precedentes a la que hemos asistido, impresionados, por primera vez en nuestra historia reciente. Pero no por mucho tiempo, porque parece ser que hemos cambiado el humo de los tubos de escape por material sanitario en los océanos y así es como podemos evitarlo.
Además de haberse reducido durante el confinamiento la producción de dióxido de carbono emitido a la atmósfera, ha caído la actividad pesquera y el tráfico marítimo de mercancías y de pasajeros, siendo los grandes buques mercantes y petroleros la habitual fuente principal de contaminación y vertidos en los océanos.
El principal beneficiario de este tiempo de confinamiento ha sido el planeta. Las redes sociales se han llenado de imágenes de Venecia con delfines y la noticia de que el aire está más limpio que nunca se ha hecho viral. Sin embargo, entre tanta buena noticia (medioambiental) los signos de la pandemia comienzan a hacerse ver en nuestros océanos
La contrapartida ha sido el aumento de mascarillas y guantes de látex que están llegando a los mares, un problema que se agravará en la fase poscoronavirus y que está siendo especialmente visible en las costas asiáticas, según los expertos.
En este país también han aumentado los residuos de guantes y mascarillas estos días por el coronavirus además del riesgo de colapso de la red por el vertido de toallitas húmedas que pueden acabar llegando al mar, en donde perdurarían cientos de años junto a la fauna marina. Las mascarillas y los guantes de látex no son envases, no se reciclan, y es muy importante que se tiren a las papeleras y no a la calle, ni a la red de saneamiento.
Reciclar no está de cuarentena ni ha sido una medida suspendida por el Gobierno. ¡No lo olvidemos! Tirar las mascarillas de un solo uso por el retrete o en la basura reciclable es algo desaconsejable, ya que estos materiales terminarán en el mar o manipulados por trabajadores de plantas de reciclaje, que podrían contagiarse. En resumen: ni orgánicas, ni envases, ni papel, ni vidrio, ni textil ni al WC. Entonces, ¿qué?
El contenedor gris es la respuesta. Según Ecoembes, "este es el contenedor para todos aquellos residuos que no se reciclan, pero tampoco pueden usarse para hacer compost. Esta fracción de residuos que no pueden ser reutilizados se deposita en los vertederos o rellenos sanitarios. Aquí van pañuelos usados, biberones o compresas." A esto se suma un nuevo problema medioambiental: las mascarillas, guantes, batas y gafas desechables.
