“El proyecto EcoEduco permite a los usuarios beneficiarse de una forma más educativa”
CÁRITAS DIOCESANA
Cáritas Diocesana es una de las ocho entidades del tercer sector que han resultado beneficiarias de las ayudas económicas del SEPE para la realización de su proyecto, cuantificado en 16.921, 04 euros

El Boletín Oficial de la Ciudad Autónoma de Ceuta (BOCCE) publicó el pasado mes de diciembre, de manera extraordinaria, la resolución definitiva del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), por la que se adjudicaron subvenciones, en régimen de concurrencia competitiva, en el ámbito de colaboración con instituciones sin ánimo de lucro que contratasen trabajadores desempleados para la realización de servicios de interés general y social en Ceuta.
Como quedó recogido en dicha resolución, finalmente, fueron un total de doce proyectos los aceptados, provenientes de ocho entidades pertenecientes al tercer sector, entre las que se repartieron alrededor de 700.000 euros.
El director provincial del SEPE, Pepe Simón, ratifica que “el Plan de Instituciones sin ánimo de lucro va dirigido al tercer sector donde este gestiona directamente sus propios planes de empleo”, puntualizando que “una de las condiciones para poder enmarcarse en este Plan es que las instituciones tengan un fin social”.
Cáritas Diocesana fue una de las ocho entidades beneficiarias de dichas ayudas. Dicho centro presentó una iniciativa llamada ‘EcoEduco’, un proyecto cuantificado en 16.921,04 euros.

La directora técnica, trabajadora social y psicóloga, Desirée Rodríguez de la entidad, nos cuenta que el proyecto “trabaja la promoción educativa en los usuarios que ya se están beneficiando de las prestaciones de Cáritas”.
Desde la confederación siempre han trabajado de una forma bastante asistencial, solventando las necesidades más urgentes de todas las personas que han venido de forma propia o bien, de la derivación de Servicios Sociales o de otras entidades con la que tienen coordinación. Esta vez, y según nos cuenta Rodríguez, “la iniciativa permite a los usuarios beneficiarse de una forma más educativa”, “llevaba tiempo pensando en elaborar un proyecto en el que los usuarios pudieran participar y que les sirviera un poco más en la promoción, ya fuera como persona, a modo de integración en la sociedad normalizada, etc.”, expresa, apostillando que la idea era “trabajar la parte asistencial con la parte promocional”.
“La iniciativa permite a los usuarios beneficiarse de una forma más educativa”, subraya Rodríguez
El colectivo principal con el que trabajan es el del tercer sector, suelen ser personas vulnerables en su mayoría, o bien con problemas económicos. Gracias esta subvención por parte del SEPE, dos personas han sido contratadas, principalmente, para poner en desarrollo los diferentes talleres que se enmarcan en el proyecto. Las personas elegidas para la ocasión cumplían con uno de los requisitos que marcaba el Servicio Público de Empleo Estatal, “que fueran personas menores de 30 años, que estuvieran en una situación de desempleo y estuviesen acogidas al sistema de Garantía Juvenil”.
La trabajadora social, Carmen González Martínez y la educadora Mariam El Bakkioui Mohamed, han sido las dos personas elegidas para desempeñar dicho trabajo. Ambas están contratadas a veinte horas semanales, trabajando un total de cuatro horas diarias, o bien en turno de mañana o en turno de tarde, para que, de esta manera, los usuarios tuvieran un rango más amplio en lo que a horario se refiere para poder asistir a dichos talleres.
“Prima mucho la calidad y la cercanía con la que tratas a esa persona”, clama la directora técnica
Rodríguez ratifica que actualmente, “los usuarios reciben una ayuda de seis meses a un año de parte de Cáritas, comprometiéndose a su vez, a así a asistir a los talleres, siempre entendiendo la situación personal de cada persona”. “De todos los usuarios que tenemos, que son unos 560 aproximadamente, hicimos un cuadrante para que fuesen ocho o diez personas por cada taller, con una duración de dos horas”, señala.

Los talleres se centran, sobre todo, en cosas muy básicas, versados en contenidos muy primarios que, tal y como pone de manifiesto la psicóloga, “son muy importantes para las prestaciones que Cáritas ofrece”.
De esta manera, los usuarios pueden aprender sobre administración en el hogar y economía doméstica; hábitos de vida saludable; y competencias digitales básicas. Gracias a los temas que se tratan en cada taller, los usuarios amplían sus conocimientos, adquieren ciertas nociones que antes no tenían y eso les hace ser más eficientes y competentes de cara al mundo laboral.
“Los colectivos más vulnerables necesitan máxima atención y hay que poner la carne en el asador para ellos”
“Prima mucho la calidad y la cercanía con la que tratas a esa persona”, “los usuarios necesitaban tener autonomía, en el sentido de buscar soluciones, itinerarios de formación y orientación profesional, qué tipo de recursos tienen a su alcance, encontrar recursos en la ciudad y además, poder tener formación en el mundo de lo online para así, poder optar a una búsqueda activa de empleo”.
“Gracias a la subvención del SEPE, la calidad de vida y el bienestar de cada usuario está mejorando, ya que ha posibilitado el hecho de contratar a dos chicas cualificadas, capaces de desarrollar los distintos talleres que se están llevando a cabo, permitiéndoles a los usuarios sobrevivir y subsistir de forma autónoma, independientemente de la prestación que se les da de forma material”, asegura la directora técnica de la confederación.
“Gracias a la subvención del SEPE, la calidad de vida y el bienestar de cada usuario está mejorando”
Pepe Simón pone de manifiesto que “lo bueno de que participara Cáritas es que ese fin social y de interés general estaba más que asegurado”, “los colectivos más vulnerables necesitan máxima atención y hay que poner toda la carne en el asador para ellos, porque por su condición de vulnerabilidad necesitan mucho seguimiento personalizado y todo taller que les beneficie va a ser bienvenido para el SEPE”.
Asimismo, Rodríguez declara lo siguiente: “estoy muy contenta porque era algo que llevaba queriendo hacer desde hace mucho tiempo y por falta de presupuesto no hemos podido, hasta que llegó la subvención del SEPE”.
“Además de hablar sobre los temas que concierne a los talleres, los usuarios también están haciendo terapia de espejo”
La trabajadora social, Carmen González clama que está “muy contenta y que cada vez se le ve más color a todo lo que están haciendo”. Es destacable reconocer la labor que tanto González como su compañera, Mariam El Bakkioui, están llevando a cabo en beneficio de los usuarios, ya que son las encargadas de desarrollar el contenido de los talleres, guiadas por la directora técnica, Desirée Rodríguez.

González reconoce que “el trabajo está dando sus frutos”, “además de hablar sobre los temas que concierne a los talleres, hacen terapia de espejo”, afirma la trabajadora, puntualizando en que “gracias a esta terapia, cuentan sus experiencias, empatizan con los demás usuarios y salen del taller súper fortalecidos”, “es una forma de crecimiento integral”.
“Hay reticencia para empezar, pero al final están saliendo encantados”, expresa Carmen González
“Hay reticencia para empezar, pero al final están saliendo encantados y con muchas ganas de que salgan otros talleres para poder participar en ellos”, comenta González, haciendo hincapié en que “el balance está siendo bastante positivo a día de hoy”.
Lo que empezó como un proyecto más general, se ha acabado convirtiendo en algo más personalizado, “al ser un grupo tan pequeño, todo se concentra mucho más y al final se establece un vínculo más cercano”, expresa González, “uno tiene unas expectativas pero al final se va perfilando todo sobre la marcha y según lo que te encuentras”. La trabajadora social recalca que “es una forma de acompañamiento pero desde otro tipo de perspectiva, no como la convencional, que es la que conocemos, en este caso la escucha activa juega un papel fundamental”.

Uno de los aspectos que desde Cáritas han querido destacar es que “el perfil masculino está teniendo peso en estos talleres”, “los hombres suelen ser más reticentes para este tipo de iniciativas pero en esta ocasión, nos está sorprendiendo muy para bien el hecho de tener grupos mixtos”, “no hay separación, se puede observar mucha integración en este sentido, y eso es un dato que hay que recalcar, porque no siempre ocurre”.
El proyecto EcoEduco está afectando psicológicamente a los usuarios de una manera muy positiva
La realidad es que el proyecto EcoEduco no solo está permitiendo a los usuarios abrirse camino en diferentes áreas, sino que, también les está afectando psicológicamente de una manera muy positiva. El hecho de expresar sus sentimientos, vivencias y experiencias con los demás compañeros, les hace ser más empáticos, se sienten escuchados y comprendidos y la sensación de soledad, que algunos y algunas la tienen tan arraigada, va desapareciendo, generando en ellos un sentimiento de felicidad, que por desgracia, no muchas veces han experimentado.