Una audiencia real revela la falta de representación de la mujer

REUNION

Las delegaciones de la CECE y la CEME que el pasado día 6 se reunieron con Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela solo incorporaban a tres empresarias

Arantxa Campos y Joaquín Mollinedo. / FOTO EL PUEBLO
Arantxa Campos y Joaquín Mollinedo. / FOTO EL PUEBLO

La imagen muestra a 26 personas pulcramente ataviadas que posan ante el fotógrafo. La mayoría de ellas entrelazan sus manos a la altura de la cintura. Excepto una figura situada en el centro de la imagen, vestida de blanco, todas las demás lucen ropas de tonos oscuros. Este miembro del grupo desentona no solo por la elección de su indumentaria. Es una mujer entre hombres. En los extremos del conjunto, otras dos mujeres flanquean a los varones.

La descripción corresponde a la fotografía que el pasado día 6 el rey Felipe VI se tomó en el Palacio de la Zarzuela con las delegaciones de las confederaciones de empresarios de Ceuta y Melilla. Dos de las tres mujeres captadas en la instantánea son las empresarias ceutíes Arantxa Campos y Karima Aomar. La tercera había viajado con la expedición de la patronal melillense.

La fotografía resulta reveladora de la escasa presencia de la mujer en los órganos de decisión del ámbito empresarial. Según el informe “Women in business”, elaborado por la red de servicios profesionales Grant Thornton, la representación femenina en puestos ejecutivos de las empresas españolas no llega al 39%.

La composición de las delegaciones ceutí y melillense que viajaron a Madrid para asistir a la audiencia real evidencia la infrarrepresentación de la mujer en las organizaciones empresariales.

El pleno de la Cámara de Comercio de Ceuta está formado por trece miembros, de los cuales solo una de ellos es mujer. La Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE) está presidida por Arantxa Campos. La junta directiva de la entidad cuenta, además, con la presencia de la presidenta de la Asociación de Constructores, Karima Aomar.

Los empresarios de Ceuta y Melilla, durante su encuentro con el rey el pasado 6 de marzo. / FOTO CEDIDA
Los empresarios de Ceuta y Melilla, durante su encuentro con el rey el pasado 6 de marzo. / FOTO CEDIDA

Las cámaras de comercio se constituyen como corporaciones de derecho público con una estructura y funcionamiento democráticos. Las elecciones determinan la configuración de sus órganos de gobierno. “Lo único que podemos hacer es animar a las empresarias a que se presenten a las elecciones”, justifica el secretario general de la institución cameral, Joaquín Mollinedo.

“La mujer no se anima a tomar parte en la representación de la Confederación de Empresarios”, subraya a su vez Campos.

Pero, ¿cuál es la razón por la que las organizaciones empresariales de la ciudad arrastran este déficit de representación femenina? En este punto, los diagnósticos de Campos y Mollinedo difieren.

Concienciación, conciliación

“Es un problema de conciliación, al menos esa es mi impresión personal -apunta la presidenta del CECE- Ser empresaria ya de por sí es duro: si a eso sumamos la condición de madre de familia, las cosas se complican”.

Campos lamenta que aun hoy las medidas para garantizar la conciliación de la vida profesional y personal continúen siendo insuficientes. “No entiendo cómo en este país todavía no se ha puesto sobre la mesa que los salarios de las empleadas de hogar sean deducibles”, se pregunta la empresaria.

Arantxa Campos y Joaquín Mollinedo. / FOTO EL PUEBLO
Arantxa Campos y Joaquín Mollinedo. / FOTO EL PUEBLO

El secretario general de la Cámara ofrece, sin embargo, otra explicación a la escasa presencia de las mujeres en los puestos de responsabilidad de las organizaciones representativas de los empresarios. “No creo que sea tanto una cuestión de problemas de conciliación como de concienciación -argumenta Mollinedo- Ahí es donde todos debemos trabajar, en la tarea de hacerles ver que tienen que participar más en las entidades que las representan”.

Ni Campos ni Mollinedo consideran que la infrarrepresentación de las mujeres pueda ser interpretada como la consecuencia de las reticencias de los hombres a aceptar un papel más protagonista de las empresarias. “Yo eso jamás lo he visto”, asegura la presidenta de CECE.

El secretario general de la Cámara mantiene, sin embargo, su confianza en que las cosas cambien. Mollinedo asienta esta convicción en la presencia cada vez mayor de la mujer en el mundo de la empresa y en su dinamismo.

“Se ven pasos adelante en Europa, y en España está ocurriendo lo mismo -reflexiona el directivo de la institución cameral- Había un problema de raíz, y es que era frecuente que las mujeres no ocuparan puestos elevados en la organización en la que desempeñaban su trabajo, por lo que la representación se reservaba al dueño o al CEO, que era un hombre. Esto está cambiando”.

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