Ceuta, en desventaja con Melilla al carecer de Comité de Seguridad y Salud

SALUD EN EL TRABAJO

El área de cobertura sanitaria comandada por Jesús Lopera continúa sin una figura que regula las actuaciones de la institución en materia de prevención de riesgos

FOTO CEDIDA
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La demanda del Comité de Seguridad y Salud en Ceuta es añeja, y aun así sale a la luz cada Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Este año, el sindicato de Enfermería, SATSE, vuelve a recordar al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) que el área de cobertura de la ciudad autónoma continúa sin el órgano regulador de las actuaciones de instituciones y empresas en materia de prevención de riesgos laborales.

La carencia constituye “un agravio” comparativo con respecto a Melilla, que sí cuenta con la figura. “No tiene una explicación lógica y, además, es una postura defendida de forma unánime por todos los sindicatos con representación en la Junta de Personal”, asegura la secretaria autonómica de SATSE en Ceuta, Elisabeth Muñoz. La reivindicación ha sido trasladada en “numerosas ocasiones” por la alianza sindical con la que SATSE y el Sindicato Médico están representados en la Junta, CEMSATSE.

El riesgo de las enfermeras en Ceuta se extiende más allá del mencionado comité. Entre los principales peligros, para Muñoz, se encuentra el hecho de que no se reconozca la jubilación anticipada. La sindicalista es conocedora de situaciones en las que varias enfermeras han tenido que recurrir a bajas por incapacidad temporal que acabaron convirtiéndose en incapacidades permanentes, “con su consecuente merma económica”.

La secretaria autonómica de SATSE en Ceuta, Elisabeth Muñoz. / FOTO CEDIDA
La secretaria autonómica de SATSE en Ceuta, Elisabeth Muñoz. / FOTO CEDIDA

Todo ello “después de haber entregado lo mejor de su vida laboral al INGESA y a consecuencia de enfermedades desarrolladas por la dureza de un trabajo a turnos y con múltiples riesgos”. Para SATSE, según expresó el sindicato en una nota de prensa remitida a la prensa hace unos días, es urgente la necesidad de que el Gobierno posibilite la jubilación anticipada voluntaria de las enfermeras, algo que permite la Ley General de la Seguridad Social para aquellas profesiones penosas, tóxicas, peligrosas o insalubres, y que presenten elevados índices de morbilidad y mortalidad.

SATSE recuerda que la Enfermería cumple todos los requisitos legales para acogerse a esta medida. En 2021, el sindicato presentó al Ministerio de Seguridad Social una solicitud fundamentada en evidencia científica para que se les reconociera este derecho. Desde entonces, la respuesta del Ejecutivo ha sido la inacción, lo que para la organización evidencia "una falta de voluntad política para proteger a un colectivo profesional que trabaja bajo condiciones de alto riesgo físico, mental y psicosocial”.

El sindicato incide además en un componente de discriminación de género: los colectivos que ya disfrutan de la jubilación anticipada, como mineros, bomberos, toreros o policías, están integrados mayoritariamente por hombres. “Mientras tanto, el colectivo de Enfermería, eminentemente femenino, sigue en la sala de espera”, denuncia SATSE, que considera que se vincula erróneamente la dureza laboral con profesiones tradicionalmente masculinizadas.

Riesgos constantes

SATSE también denuncia que los centros de trabajo de las enfermeras concentran numerosos riesgos y amenazas que se agravan con los años de ejercicio. Con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo 2025, que se celebrará el 28 de abril, el sindicato subraya que son más de un centenar los riesgos laborales que afrontan las profesionales sanitarias, no de forma puntual, sino como una constante en su jornada.

Entre estos riesgos destacan los ambientales (radiaciones, vibraciones, temperaturas extremas o ruido), los ergonómicos (manipulación de cargas, posturas forzadas), los químicos (exposición a medicamentos peligrosos o materiales alergénicos), los biológicos (cortes, pinchazos, contagios de enfermedades infecciosas como rubeola o sarampión) y los psicosociales (síndrome de burnout, sobrecarga laboral y emocional o agresiones).

El desgaste no es solo físico. El trabajo a turnos rotatorios, incluidos festivos y noches, y el contacto diario con la enfermedad, el dolor y la muerte genera un gran impacto emocional en las enfermeras. Con los años, ese impacto se traduce en un deterioro profundo que, según SATSE, es insuficientemente reconocido por las administraciones.

Pese a que se elaboran protocolos, normativas y estrategias de prevención de riesgos, el "talón de Aquiles" sigue siendo, a juicio del sindicato, la falta de una implementación real y eficaz. “La acción se queda, en muchos casos, en el papel y su repercusión no llega bien al trabajador”, advierte SATSE.

La organización sindical insiste en que estas condiciones de dureza física, mental y emocional acompañan a los profesionales durante toda su trayectoria laboral, hasta edades de jubilación que, en ocasiones, superan los 67 años. Y alerta de que sus consecuencias se hacen especialmente visibles en los últimos años de vida laboral, agravando la necesidad de permitir una retirada anticipada y digna del ejercicio profesional.

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