Antonio Bautista le paga un hostal en Benítez al guineano que acosó a una enfermera

SOCIEDAD

El residente del CETI se bajó los pantalones y la agarró con fuerza causándole contusiones cuando ella lo atendía. Ahora la sanitaria está de baja. El africano de 20 años fue condenado este domingo a nueve meses de prisión y a tres de alejamiento, por lo que no puede regresar al centro

El ‘romance’ del director del CETI, Antonio Bautista, con los residentes más conflictivos del centro continúa desde que tomó el mando a finales de agosto. La última polémica estalló después de que un guineano de 20 años y que había llegado a Ceuta de forma irregular hace un mes agarrara a una enfermera con violencia, causándole lesiones, y se bajara los pantalones ante ella, que pudo zafarse del individuo para pedir ayuda. El teniente de la Guardia Civil al mando, según fuentes consultadas, no solo no activó los protocolos y minimizó el asunto, sino que paga de su bolsillo un hostal en Benítez al agresor, ya condenado -por conformidad- a nueve meses de prisión por maltrato leve, lesiones y coacciones, así como a tres de alejamiento de la víctima, por lo que no puede volver al recinto.

Una habitación a unos 60 metros de la playa ha sido el castigo que ha impuesto Bautista al agresor de una de sus empleadas. Al joven lo condenaron este domingo a nueve meses de prisión y a tres de alejamiento de la enfermera, pero quedó en libertad al no constarle más delitos. Esta práctica, subrayan fuentes consultadas que trabajan a diario en el CETI, no les “sorprende”, porque es el modus operandi, explican, del director con todos los residentes conflictivos.

“Verás como el mes que viene derivan al residente a la península. Es lo que suele hacer -el director- en estos casos. Es el premio para los que hacen este tipo de cosas”, cuentan, recordando la agresión de un africano a tres vigilantes y a una cocinera a finales de marzo. A los pocos días, el también guineano estaba rumbo a la península.

Este medio destapó en octubre de 2024 las prácticas “poco ortodoxas” de Bautista y el cabreo generalizado entre el personal del centro. De hecho, una de las declaraciones que dieron los trabajadores a este diario fue: con los “empleados de enfermería son los únicos” con los que aún no han ‘saltado las chispas’.

Situaciones como ver al propio Bautista entrando en acción en medio de un conflicto entre magrebíes portando material de los vigilantes de seguridad “como escudo”, obligar al personal a llamar “clientes” a los residentes o salir a buscar por los alrededores a migrantes para que ingresen en el centro son solo algunas de las polémicas que ha levantado el teniente de la Guardia Civil desde que llegó a Ceuta.

Precisamente, uno de los episodios que narraron a este medio -y que no desmintieron desde el CETI- estuvo relacionado con un residente que había robado, entre otras cosas, dinero y móviles a otros compañeros. Antes de que la Policía Nacional llegara al centro después de una gran trifulca, el nuevo director, supuestamente, apiló todo lo hurtado y fue devolviéndoselo uno a uno a todos los jóvenes cabreados que aseguraban que era suyo. Cuando llegaron los agentes, ya no había pruebas.

Todo este cóctel de desautorización a empleados, permisividad y demás prácticas que denuncian desde el propio centro ha provocado que en varias ocasiones Comisiones Obreras (CCOO) y UGT se reúnan con la Delegación del Gobierno y envíen notas de prensa exigiendo que la situación cambie, pero desde el organismo de representación del Ejecutivo Central en Ceuta solo ha habido silencio, al menos a nivel público. Siempre han secundado a Bautista a pesar de las numerosas quejas tanto del personal como de sindicatos.

De hecho, este lunes se reunió de urgencia UGT con la dirección del centro y confirmó un encuentro con la Delegación del Gobierno para hablar sobre el asunto el próximo miércoles, según la información que maneja este diario.

Sobreocupación

La Delegación del Gobierno no da cifras de ocupación desde la última crisis que hubo el verano pasado en la que se vieron escenas complejas, como a migrantes -algunos heridos- durmiendo a las puertas del CETI porque, ante el colapso de llegadas, no se les permitía el acceso al no quedar espacio.

A pesar del hermetismo habitual debido a que el centro es competencia del Ministerio de Migraciónes, Seguridad Social e Inclusión, este diario ha podido confirmar que actualmente la ocupación ronda los 700 residentes, aunque el total de plazas con las que cuenta, como máximo, es de 512.

*Este diario trató de contactar con el Ministerio de Migraciónes, Seguridad Social e Inclusión, -que es el órgano que tiene las competencias del CETI- para obtener la versión de Bautista, pero no obtuvo respuesta. El director para hablar con la prensa necesita la luz verde del Ministerio.

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