Encuentro en la Consejería
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El ‘Almina’ como siempre pero visto como nunca. Ese es el lema escogido por la dirección del centro, e invención de la jefa de estudios, Verónica Rivera, que representa un buen resumen de todos los cambios que el instituto ha experimentado en los últimos meses. El más significativo, la remodelación externa de varias de sus zonas, incluyendo la fachada y la entrada principal del instituto.
Con la entrada, en el pasado curso académico, de un nuevo equipo directivo se llegó a la conclusión de que el aspecto que tenía el Instituto Almina no era el más apropiado para ofrecer una buena imagen. Así lo explica el director del ‘Almina’, Javier Rodríguez, quien reconoce las quejas de la comunidad educativa ante la imagen “carcelaria” de la entrada del centro, “era una estructura antigua, plagada de rejas y con puertas opacas”, afirma Rodríguez quien asegura que, desde un primer momento, ese “lavado de imagen” fue uno de sus objetivos.
Tomada la decisión, llegaba el momento de presentar un proyecto en la Dirección Provincial de Educación y en el que se concluyó que la renovación de algunas de las dependencias se haría en dos fases: por un lado, la fachada del instituto, cuyas obras de remodelación se acometieron a finales del curso pasado, y, por el otro, el interior y el hall del instituto, “la gran obra ha sido este verano ya que hemos modernizado la entrada principal con materiales modernos en el que destaca la madera”, precisa Rodríguez junto a la jefa de estudios del instituto, otra de las artífices de este proyecto de modernización.
De esta manera, la primera visión que tiene la comunidad educativa del edificio es mucho más acogedora ya que se ha dispuesto que la consejería se encuentre en el centro del hall. También los propios conserjes y el personal de administración tienen ahora un espacio de reunión, “ahora el aspecto se asemeja mucho al de un hotel, de hecho muchos estudiantes hablan ya del Hotel Almina”, bromea Rodríguez, satisfecho de la gran acogida que ha tenido el proyecto de renovación.
Una buena acogida que también se da entre los padres de los alumnos quienes manifiestan a EL PUEBLO que la remodelación de las instalaciones es una buena manera de que el alumnado se sienta identificado con el centro y acuda motivado a las clases. Una opinión favorable de la que también se ha hecho la dirección del ‘Almina’, “los padres se han quedado gratamente sorprendidos y los alumnos se sienten muy orgullosos de su instituto”, concluyen Rodríguez y Rivera.
Sobre el presupuesto del instituto, el director cree que se está haciendo un buen uso de las partidas. Buena culpa de ello la tiene el secretario del centro encargado de que las cuentas cuadren con lo que la dirección tiene previsto. De hecho la idea es seguir acometiendo obras a menor escala y, el siguiente paso, será cambiar las sillas del salón de actos y la zona del teatro así como el mobiliario para los profesores.
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