La prudencia de la Secretaria de Estado
La visita realizada en el día de ayer por parte de la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, demuestra que por parte del gobierno central se viene trabajando para dar solución a los muchos problemas que genera ser ciudad fronteriza. Es el caso de Ceuta y Melilla, las dos ciudades con frontera terrestre de Europa en África. Ayer tocaba el turno de visitar el perímetro fronterizo ceutí, con una jornada intensa de reuniones donde además de visitar la frontera se reunió con los mandos de la Guardia Civil y Policía Nacional, además de mantener un encuentro con la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos. En su atención a los medios de comunicación, la señora Botella recalcó que espera recuperar pronto la inversión y mejorar una frontera que considera “deficitaria”. Sin embargo, hizo un llamamiento a la prudencia. Una cuestión que es considerable, pero que no tuvo el mismo Gobierno de Sánchez cuando llegó al poder, pues las primeras e imprudentes palabras del nuevo ministro del Interior, Grande-Marlaska, fueron para afirmar que eliminaría las concertinas, sin tener otra alternativa preparada. Por eso está bien y es buena noticia que la número dos del ministerio del Interior muestre esta prudencia a la hora de estudiar una situación que es compleja, si bien es de esperar que dicha prudencia no sirva para disfrazar la ineficacia que hasta el momento ha venido mostrando el Gobierno socialista en materia de inmigración, sobre todo hacia una ciudad golpeada duramente por el fenómeno fronterizo como consecuencia de su situación geográfica. No obstante, es momento de mirar al frente y buscar soluciones, dando un voto de confianza a un gobierno central que, aunque hasta el momento no haya actuado en la frontera del Tarajal, parece que tiene intenciones de al menos buscar soluciones prudentes.