Una portería reconvertida en tendedero corona una obra ilegal en el Príncipe

Reutilizar objetos para alargar su vida es útil es algo que está de moda y en esta casa del Príncipe se lo han tomado al pie de la letra al reconvertir dos porterías en un tendedero. Eso sin tener en cuenta que se trata de mobiliario público que tiene un coste para las arcas públicas y, por ende, a todos los ciudadanos. El edificio, que se trata de una obra ilegal sobre la que no consta ninguna denuncia según ha podido saber este diario, está coronado así por estas llamativas porterías blancas y rojas que no pasan desapercibidas a los viandantes.

Aunque no se aprecia en la fotografía, el otro extremo del peculiar tendedero es otra portería. Una situación que sorprende e indigna a partes iguales a quienes han observado esta portería hurtada a unas pistas polideportivas en la terraza de una casa. Algo que, lejos de intentar ocultarse, se aprecia a simple vista.