Ceuta estudia no aceptar niños sin vacunar en sus guarderías públicas
VACUNACIÓN
La Ciudad podría seguir los pasos de Melilla y Galicia, que no admitirán en sus guarderías públicas a ningún niño de cero a tres años sin estar al día de las distintas vacunas que componen el calendario oficial sanitario
La vacunación obligatoria en las escuelas infantiles se abre paso en España y Ceuta podría seguir los pasos de Melilla y Galicia, que no admitirán en sus distintas guarderías públicas a ningún niño de cero a tres años sin estar al día de las distintas vacunas que componen el calendario oficial en esta materia sanitaria.
Solo las comunidades autónomas de Extremadura y Castilla y Léon ya cuentan con este requisito en sus centros educativos desde 2012. No existe una orden estatal que equipare esta actuación en todas las comunidades autónomas. Por lo tanto, son los gobiernos regionales los que regulan el papel que debe jugar este documento sanitario al permitir la matriculación
Con esta decisión se quiere forzar a los padres que optan por no vacunar a sus hijos para que lo hagan y de este modo “proteger a esos niños de padres antivacunas”.
Esta cuestión, que no ha pasado desapercibida para el Gobierno de la Ciudad Autónoma, ya ha sido abordada por los responsables de las áreas implicadas, Educación y Sanidad, que estudian implantar esta medida, aunque tranquilizan a los progenitores que tengan niños menores y advierten que no pretende atajar un problema “porque aquí no lo hay.”
Ceuta tiene “uno de los mejores datos de toda España de cobertura en el Calendario Infantil de Vacunación”. La cobertura en primovacunación de niños menores de 12 meses alcanzó el 99 % para la vacuna hexavalente -que incluye tosferina, difteria, poliomelitis, tétanos y hepatitis B- y meningitis C y el 100% en las vacunas de refuerzo para los niños hasta dos años. También está próximo al 100 % el porcentaje de vacunación ante sarampión, paperas, rubeola y la meningitis C.
No obstante, se ha reconocido que la medida adoptada en otras ciudades, como es el caso de Melilla, es positiva para luchar contra los movimientos “antivacunas”, dado que considera que no vacunarse “supone un riesgo para los demás niños que sí cumplen con el calendario oficial”.
Por ello, es necesario seguir concienciando a la sociedad acerca de las bondades de la vacunación, de la protección que ofrece no solo a quien se vacuna, sino a su propio entorno. Si disminuye el número de personas vacunadas en una población, algunas enfermedades, que ahora raramente vemos porque están controladas, podrían reaparecer. “Hay que seguir concienciando a los ciudadanos de su importancia y de hacerlo conforme a un calendario establecido y del que en Ceuta podemos sentirnos especialmente satisfechos”.
Desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres (CEAPA) sí que consideran que se debería imponer que los alumnos tengan “las vacunas básicas y las que estén probadas científicamente que son buenas”, responde su presidenta Leticia Cardenal. “Al final el derecho de alguien de no querer vacunar a su hijo confronta con el del resto que quieren que sus hijos estén sanos”, señala.
Tasas de vacunación
Primovacunación
Por encima del 99 por ciento. En lo que respecta a la primovacunación, es decir, las vacunas que recibe el bebé en sus primeros doce meses de vida, la cobertura vacunal media en España se sitúa en el 97,2 por ciento para las vacunas contra la Poliomelitis, Influenzae tipo B, Hepatitis B y DTPa (difteria, tétanos y tos ferina), y en el 98 por ciento para la vacuna contra la Menigitis C. .Sin embargo, estas coberturas totales varían en función de la comunidad autónoma que se analice, siendo Cataluña la que tiene la tasa más baja para la mayoría de las vacunas (94 por ciento) seguida de País Vasco, Melilla y Castilla y León.Por el contrario, las comunidades autónomas con mejor tasa de primovacunación son Madrid, Comunidad Valenciana y Ceuta, cuyas tasas se sitúan por encima del 99 por ciento, llegando a alcanzar el 100 en la vacuna contra la meningitis C.
Refuerzo entre 1-2 años
Ceuta, mejor cobertura. Si analizamos las tasas vacunales de las dosis de refuerzo del segundo año, encontramos que en líneas generales las coberturas continuan siendo muy altas, situándose entre el 95,4 y 96,2 por ciento. En esta ocasión, las comunidades autónomas con peor tasa son Extremadura, con una cobertura por encima del 87 por ciento salvo en el caso de la vacuna contra la meningitis C, Melilla y País Vasco, con un 92,2 por ciento, y Castilla y León, Canarias, Cataluña y Murcia, con una cobertura de aproximadamente el 93 por ciento. Las mejores coberturas vacunales las alcanzan Ceuta, Galicia y Madrid.
Dosis de refuerzo entre 4-6 años
Según el calendario oficial de vacunas, entre los cuatro y los seis años vuelven a administrarse dosis de refuerzo de las vacunas DTP/DTPa, pero en esta ocasión las coberturas vacunales a nivel nacional alcanzaron en 2016 un notable retroceso, debido a problemas de abastecimiento que produjeron un aplazamiento de la vacunación de las cohortes de 2009 y sobre todo de 2010. Según informa la AEP, en 2017, las CC.AA comenzaron a recuperar la vacunación pendiente en estos niños.
Vacunas entre 14-16 años
Las comunidades con peor tasa para el refuerzo adolescente de la vacuna de difeteria y tétanos (Td) son Melilla, Ceuta, Murcia, Extremadura, Comunidad Valenciana y Canarias, cuyas coberturas no alcanzan el 80 por ciento. Estas cifras varían en el caso de la vacuna contra la meningitis C, ya que las coberturas se elevan ligeramente. Por su parte, las comunidades de La Rioja, Navarra y Cataluña, con coberturas por encima del 90 por ciento en esta franja de edad, son las mejores situadas en el ránking de estadísticas del Ministerio de Sanidad. En cuanto a la vacuna frente al virus del papiloma humano, la cobertura a nivel nacional no alcanza aún el 80 por ciento; e incluso en 2016, con una tasa del 77,6 por ciento, se observa un retroceso con respecto al año anterior, en el que las coberturas alcanzaron el 79 por ciento.
Sarampión
El pasado año, España consiguió la aceditación de país libre del sarampión, un hecho destacable en medio de la epidema de sarampión que asola varios países europeos. NSi nos fijamos en esta vacuna en concreto, la triple vírica sigue teniendo una amplia cobertura nacional en su primera dosis, siendo Ceuta, Navarra y Madrid las comunidades con mejores tasas, superando el 90 por ciento. Sin embargo, el porcentaje cae por debajo de esta cifra en la segunda dosis en las comunidades de Valencia, Extremadura, Murcia y Melilla.
Desoír los bulos de los grupos antivacunas
Los antivacunas, aquellos que se oponen radicalmente al uso de cualquier medicamento diseñado para proteger a los más pequeños de enfermedades, siguen siendo hoy un movimiento minoritario en España. En este sentido, los escépticos de las vacunas parecían condenados a ser una minoría extravagante tras siglos en los que éstas frenaron epidemias letales, pero el movimiento antivacuna ha resurgido cuando menos se esperaba, alentado por la difusión de bulos en las redes sociales que algunos políticos creen y abanderan.
Liderados por gurús, curanderos y médicos de dudosa reputación asociados al mundo de las seudoterapias, los anti algunas vacunas repiten, como un mantra y erróneamente, que determinadas inmunizaciones no producen ningún beneficio y además pueden inducir a determinadas enfermedades (como con la triple vírica y el autismo, cuya relación fue desmentida en el 1998).
Sin embargo, las vacunas son seguras y la única manera de prevenir enfermedades es a través de ella. Así está demostrado y frente a esta argumentación no se puede decir otra cosa. No existen efectos secundarios, no provocan patologías y no es cierto que todo sea un negocio de la industria farmacéutica Dentro de la comunidad científica nadie duda de sus beneficios. “El problema está en que, por lo que parece, sobre vacunas y fútbol todo el mundo puede opinar. Y es aquí cuando empiezan a salir gurús por todos lados atacando la validez de algunos de estos preparados con argumentos falaces. A partir de entonces se genera un debate inexistente, muchas veces amplificado por las redes sociales”, señalan algunos expertos.
El discurso de los anti algunas vacunas argumenta que, entre otras cosas, la vacuna del papiloma humano, incluida en el calendario infantil como obligatoria para las niñas y opcional para los niños, no está fundamentada; que la triple vírica desencadena el autismo; o que las vacunas llevan mercurio tóxico o cantidades peligrosas de timerosal, un conservante.
En todos estos casos las informaciones no son tan solo falsas sino que, además, han sido desmentidas. El problema está en que una vez lanzado el bulo, es muy difícil frenarlo.
En enero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló al movimiento antivacunas como una de las 10 principales amenazas a las que se enfrenta hoy en día la humanidad.
El rechazo a las inmunizaciones, señaló la agencia de la ONU, ya está poniendo en riesgo “los progresos realizados en la lucha contra las enfermedades prevenibles” y la prevención de los entre dos y tres millones de muertes al año que, según las estimaciones, evitan las vacunas.
La OMS mostraba en su comunicado una especial preocupación por el hecho de que los casos de sarampión hayan experimentado en los últimos años un aumento del 30% a nivel mundial.
A este respecto, la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, ha asegurado que, al contrario de lo que ocurre en otros países como Estados Unidos, el movimiento antivacunas “no es preocupante” en España, por lo que ha rechazado la idea de obligar a vacunar a los niños. “Estos movimientos han generado en otros países la aparición de enfermedades que ya no existían como, por ejemplo, el sarampión. Pero en España no tenemos ahora mismo una situación preocupante, y estamos insistiendo en la importancia de la vacunación de que en España no se contagie esa moda, aunque si fuera necesario habría también que adoptar alguna medida”, afirma Carcedo.
“Hay planteadas campañas de sensibilización, porque con algunas cosas no se pueden jugar. No vacunar a los niños es ponerles en riesgo de enfermar para toda su vida o incluso de muerte. Enfermar ellos y toda la comunidad. Los niños no son propiedad de nadie; son sujetos de derechos propios y los padres tienen la obligación de cuidarlos. Y vacunarlos”, subrayó.