Ana Moya: «El término ‘denuncias falsas’ lo utiliza el maltratador y otras personas por ignoracia»
VIOLENCIA MACHISTA
La delegada de Participación Ciudadana de la Policía Nacional en Ceuta es una de las personas más autorizadas para hablar de violencia de género en la ciudad, ya que lleva trabajando casi 20 años en este área en Ceuta.
 
            Ana Moya es la Delegada de Participación Ciudadana de Ceuta de la Policía Nacional. Lleva varias décadas dedicada a la lucha contra la violencia de género dentro del cuerpo, concretamente toda su carrera profesional, y desde hace casi un año se dedica a dar charlas de prevención de esta violencia, pero también de otras violencias y delitos como el bullying. Por ello, recorre todos los colegios e institutos de la ciudad sensibilizando sobre esta y otras violencias para evitar que se produzcan y que los menores de edad no cometan delitos “ni contra ellos mismos ni contra el prójimo”. Por tanto, esta caballa de adopción, es una de las personas que más conoce la violencia de género desde dentro en Ceuta, donde aterrizó hace más de 18 años.
Pregunta.- ¿Cuántos años llevas trabajando en violencia de género?
Respuesta.- Casi toda mi carrera profesional, ya que la inicié en el Servicio de Atención al Ciudadano. Me destinaron a Ceuta a la antigua unidad de la UFAM actual y posteriormente entré en las denominadas OPAP, los servicios de protección a la víctimas de violencia de género. Actualmente la labor que llevo en la Unidad de Participación Ciudadana es diferente, muy bonita también y muy importante para la Policía Nacional, que es la labor preventiva, no sólo con la violencia de género, sino también con la mejora de la convivencia y la seguridad en los centros escolares del menor, prevención de delitos de odio o la prevención del acoso escolar. En cuanto a la violencia de género, les hacemos ver cuáles son los indicadores para saber destetar a tiempo los indicios de la violencia de género cuando inician una relación con otra persona en la edad adolescente. Es importante que conozcan los pasos a seguir en el caso de que vean casos, para que sepan los pasos a seguir. Sobre todo, con los menores nos centramos en la prevención para que no cometan ningún tipo de hecho delictivo.
P.- Cuando das las charlas en los centros escolares a menores ¿Tienes un discurso diferente para las niñas y otro para los niños?
R.- No, porque como luchamos precisamente por la igualdad el discurso es generalizado. Si es verdad que los discursos son diferentes por la edad.
P.- ¿Cuántos casos has tratado de mujeres que han sufrido violencia de género desde que comenzaste tu carrera?
R.- Calculo a groso modo, ya que no lo tengo anotado porque sería imposible, unas 3.000 personas. En Atención al Ciudadano el tema de la violencia de género es muy patente. Se auxilia a víctimas de este tipo casi a diario. Nosotros nos hacemos cargo de los casos más graves, entre comillas, porque nunca se sabe cuando se puede convertir en grave un caso o de riesgo alto.
P.- ¿Cuándo se convierte una situación de este tipo en grave?
R.- Dependiendo de diferentes ítems y de los casos. Por ejemplo, cuando existen menores, si el autor es reincidente, si ha habido utilización de armas blancas, etc. Eso depende de la máquina donde introducimos estos ítems, lo que pasa es que también es subjetivo del Policía el poder considerar por toda la información de la que dispone poderle subir el riesgo. Siempre es preferible no quedarse corto.
P.- Como mujer ¿Qué sensaciones recibes cuando tratas con mujeres que están sufriendo maltrato?
R.- Es una sensación muy bonita. Han pasado años, pero siempre que trato con una víctima nueva es como si fuera el primer caso. Es una motivación que te la inculca el propio Cuerpo, la propia experiencia, también la sensibilización de cada persona. Mi sensación siempre es de haber sembrado algo positivo, saber que has llegado a esa víctima y que de alguna manera le has ayudado y cuando hablamos de la labor preventiva lo mismo, porque siempre te das cuenta que has llegado a alguien, que has conseguido que ese alguien pueda ayudar a otra persona o ayudarse a sí mismo.
P.- Tú que lo has vivido de cerca ¿Qué significado tiene para ti la violencia de género?
R.- El significado para mí es que estas víctimas están en manos de auténticos terroristas domésticos, que son víctimas de miedo, de vergüenza, de mucho dolor y que los organismos que estamos encargados de atenderlas cada vez estamos más preparados y cualificados, mejorando en sensibilización y en la formación.
P.- ¿Por qué le pones el adjetivo ‘doméstico’ a los maltratadores?
R.- Porque suele ser un delito que se suele crear y formar dentro del domicilio. El maltratador donde tiene el dominio absoluto de la víctima es ahí porque no suele haber testigos, sólo los hijos, que de una manera o de otra también son víctimas. Si es en el domicilio donde el maltratador se siente más fuerte y la víctima más vulnerable es un terror doméstico. Las denominaciones dan igual. Cuando hablo de violencia de género en todas mis charlas lo dejo bien especificado que no hay que confundirlo. La violencia de género es una violencia del hombre hacia la mujer por el mero hecho de ser mujer. Sin embargo, la violencia doméstica o familiar, como así lo dice el artículo 153 del Código Penal, donde se le llama violencia familiar, es una violencia que se ejerce del hombre a la mujer, de la mujer al hombre, a los hijos, a los padres, etc. De hecho, el propio artículo, junto con el 173, dicen claramente quiénes son las personas sucestibles de ser autores y víctimas. Cada uno lo denominamos de una mera, lo importante no es la denominación, sino que estemos sensibilizados todos los que estamos en las instituciones, que vayamos remando en la misma dirección, y que vayamos a una. Pero hay que dejar claro que la violencia de género es exclusiva del hombre hacia la mujer y que suele darse en el ámbito privado, aunque claro que se dan casos en la vía pública, pero conociendo bien el perfil del maltratador suelen no hacerse ver públicamente. Lo suelen hacer en el ámbito privado.
P.- ¿Por qué suelen llevar a cabo la violencia en el ámbito privado?
R.- Porque su perfil suele ser el de personas que intentan aparentar lo que no son. Tienden a aparentar ser buenas personas ,sociables, que no tienen ningún problema de relación con el público y, sin embargo, dentro del domicilio cambian esa fachada que muestran para ser realmente ellos, y son personas dominantes, que pretenden que la víctima sucumba a todos sus deseos, ya sean sexuales, económicos, físicos, etc. Donde se sieten totalmente libres de someter a la víctima es en el propio domicilio.
P.- ¿Crees, por tanto, que hay un patrón común entre los maltratadores, se parecen entre ellos?
R.- Me atrevo a decir que sí, tanto en él como en las propias víctimas. El síndrome de la mujer maltratada suele dar unos perfiles, que aunque no son iguales de unos con otros, hay una base común.
P.- ¿Qué adjetivos comúnes pondrías a los maltratadores por un lado y las víctimas por otro lado?
R.- Son rasgos antagónicos. El maltratador es una persona cobarde, dañina, rebuscada, maliciosa... Sin embargo, la víctima suele ir de frente, suele ser muy protectora de su familia, en muchos casos incluso aguanta los malos tratos para proteger a sus hijos, incluso a veces justifican y protegen al propio maltratador.
P.- ¿Por qué crees que protegen al propio maltratador?
R.- Por el miedo que sienten, por el miedo al qué pasará después, a lo desconocido, por amor en algunos casos, por educación... Es un problema con una base educacional y por desgracia, hay todavía señoras, mujeres y niñas educadas en un ámbito machista.
P.- ¿Suelen los maltratadores negar que están ejerciendo violencia de género?
R.- Por supuesto. De toda mi carrera profesional solo recuerdo a uno que reconoció ser maltratador. El resto dicen que no, que ella se lo está inventado y casi siempre intentan desprestigiar a la mujer, tachándola de mentirosa, de loca y de otros adjetivos, para ellos poder salir favorecidos.
P.- ¿Por qué crees que suelen hacer esto?
R.- Está claro que para defenderse, porque ellos no son tontos, al contrario, son bastante inteligentes. Saben que como todo se produce en la mayoría de las veces en un ámbito privado, no público, ellos van desprestigiando a la otra parte para intentar calar en la persona que lo está oyendo y creerse lo que están contando. Como nuestra labor policial y la de cualquier persona que trabaje en este campo es ser imparciales, ni nos ponemos de parte de la víctima, ni de parte del maltratador. Otra cosa es cuando ya hay pruebas feacientes de los hechos, que es cuando procedemos a la detención, pero de entrada ellos intentan hacer mella en nosotros y hacernos creer que son personas maravillosas.
P.- En las charlas que impartes afirmas que te ‘molesta que se hable de denuncias falsas cuando se habla de violencia de género’ ¿Por qué te molesta?
R.- Por desgracia es como un mito el que se diga a la ligera que ‘existen muchas denuncias falsas’. Si analizas la frase, ese ‘muchas’ es incluso ofensivo para las personas que trabajamos en este campo, porque para afirmar que hay denuncias falsas tiene que haber unas sentencias por denuncias falsas judiciales y, me atrevería a decir, que no existe casi ninguna en Ceuta. Sin embargo, denuncias y detenciones existen muchísimas y en la gran mayoría de los casos, es violencia de hombres a mujeres. Si es cierto que en ocasiones se archivan las causas por diferentes motivos, como por falta de pruebas, pero no hay una sentencia judicial que diga ‘esta mujer está denunciando falsamente’. Entonces la afirmación ‘existen muchas denuncias falsas’ a mí me resulta incluso temeraria. Nuestros protocolos de actuación, nuestros propios códigos deontológicos nos prohiben hacer esas afirmaciones porque no son ciertas.
P.- ¿Crees que esta expresión se está utilizando ahora más que antes?
R.- Yo sigo pensando que ese discurso de denuncias falsas lo suele utilizar el propio maltratador porque quiere justificarse y decir que se le ha denunciado falsamente, y otras personas que lo puedan utilizar lo hacen por ignorancia. Mezclan los conceptos, se convierte en un mito y luego es difícil hacer caerlo.
P.- Estás constantemente trabajando con nuevas generaciones ¿Crees que están más avanzadas o son más machistas que las anteriores?
R.- Creo que se está avanzando mucho. Yo lo noto mucho en las charlas que damos, porque las hacemos muy participativas, y en ellas lanzamos preguntas, oyes a los niños y te puedo asegurar, que las charlas que damos actualmente, comparadas con años atrás, se nota un montón que hay más igualdad en los niños. Ya hay muchísimas niñas que te levantan la mano y te dicen que juegan al fútbol, que juegan con coches y a la inversa, niños que juegan a la comba, a ‘papá y mamá’ en casa, etc. Entonces te das cuenta de que hay más igualdad. Estamos evolucionando y es algo que me satisface porque es algo por lo que llevo peleando muchos años también. Aunque es cierto que todavía hay familias que no le inculcan eso a sus hijos, pero cada vez es mayor esa sensación que percibes de los alumnos.
P.- Sin embargo, hay informes que dicen que en esta generación de adolescentes se está produciendo una involución y que ahora hay más control en los móviles de las parejas por ejemplo...
R.- Porque cada vez se compran móviles a los niños en edad cada vez más tempranas, cosa que es un error que cometemos los padres, y los menores no son conscientes de la peligrosidad y responsabilidad que es el mero hecho de mandar una foto íntima o hacer unos comentarios en un foro público, en redes sociales como Whatsapp o Instagram... Todo eso está aumentando. Treinta años atrás esa modalidad de delito no existía porque no tenían los niños móviles, sin embargo hoy en día ya no solo sientes y piensas de forma machista, encima tienes esa herramienta con la que es tan fácil cometer una imprudencia, y más sobre todo por parte de un menor, ya que a veces me lo reconocen en las charlas y hemos tenido por desgracia casos de víctimas a las que hemos tenido que asesorar en nuestra unidad. Todavía se sigue viendo por parte de los niños como algo que no es grave.
P.- Hemos hablado en positivo de tu trabajo, pero ¿Qué es lo que menos te gusta de él?
R.- No te puedo decir nada que no me guste. Cada día las que formamos el equipo de la Unidad de Participación Ciudad intentamos luchar por mejorar, estamos constatemente con cursos formativos para mejorar la atención a la ciudadanía en general. No te puedo decir nada negativo porque te mentiría. Es la labor más bonita que estoy desempeñando en mi carrera profesional de 28 años.
P.- ¿Te ha hecho endurecerte conocer tantos casos o ahora eres más sensible?
R.- Cada caso para mí, como te digo, es como si fuera nuevo. Es algo que no te puedo explicar exactamente, pero es que no me endurece, al contrario, cada día quieres seguir luchando por ayudar a las víctimas, cada día intentas mejorar.
P.- Por último, ¿Qué mensaje tienes para las mujeres que actualmente puedan estar sufriendo violencia de género en Ceuta y no se atreven a dar el paso para denunciar?
R.- Les diría que no es un camino de rosas pero sí que es un camino necesario y un paso muy importante que deben dar. Que piensen en sus hijos, en la importancia que tiene que esos niños no sean testigos de violencia de género porque pueden ser sucestibles de copiar esas conductas en un futuro, lo que sería muy perjudicial, y que existe una Unidad de Familia y Mujer que les va a ayudar a cualquier hora, una oficina de Atención al Ciudadano nuestra que actúa 24 horas al día, que cada vez los funcionarios estamos más preparados y cualificados para ayudarlas y que por mi experiencia personal, de esta se sale.
 
             
             
             
             
             
             
             
            