Josep Álvarez, el nuevo secretario general nacional, quiere estar apoyando en Ceuta las elecciones

Antonio Gil avanzó una primicia para EL PUEBLO, y es que el nuevo secretario general del sindicato a nivel nacional, Josep Álvarez -en el seno de la organización todo el mundo le llama Pepe Álvarez.- quiere estar en Ceuta el día 7 de abril.

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M.G
28 mar 2016 - 02:11

Antonio Gil avanzó una primicia para EL PUEBLO, y es que el nuevo secretario general del sindicato a nivel nacional, Josep Álvarez -en el seno de la organización todo el mundo le llama Pepe Álvarez.- quiere estar en Ceuta el día 7 de abril.

Se trata de un apoyo explícito a la central sindical que ha obtenido los mejores resultados a nivel cualitativo en toda España.

“Nos ha dicho que hará todo lo posible por estar con nosotros, aunque sea media hora”, declaró Antonio Gil.

Josep María Álvarez es el nuevo secretario general de UGT. Así lo decidió el 42 Congreso de la organización en una ajustada votación: la candidatura de Álvarez ha ganado por 306 votos frente a los 289 sufragios que ha conseguido su oponente, Miguel Ángel Cilleros.

Álvarez (59 años) ha sido secretario general de UGT en Cataluña durante los últimos 26 años. Ha contado con el apoyo de las dos grandes federaciones del sindicato, la de Metal y la de Servicios Públicos. Finalmente, ni su postura favorable al referéndum en Cataluña ni el intento del entorno de Cándido Méndez de reforzar la candidatura de Miguel Ángel Cilleros han cambiado lo que parecía claro al comenzar el Congreso: que Álvarez tenía más opciones de ganar. La pelea por la secretaría general del sindicato ha sido tensa. Aunque José María Álvarez partía con más avales que Miguel Ángel Cilleros. (308 frente a 251), la clave era el voto secreto. “Los avales son públicos pero el voto es secreto”, decía uno de los delegados del Congreso. Tan secreto que cuatro cabinas protegían la confidencialidad del voto. Unas cabinas que permitían que los delegados pudieran romper la disciplina de voto de sus federaciones sin ser vistos.

No era la única medida para garantizar el sufragio secreto: los delegados votaban por orden alfabético para evitar que lo hicieran agrupados por federaciones y las urnas donde depositaban la papeleta eran aleatorias.

La noche electoral fue larga en la sede que UGT tiene en la madrileña Avenida de América. La votación para elegir al nuevo secretario general empezó pasadas la una de la madrugada y no fue hasta las cinco y media cuando se proclamó el ganador. Que el resultado de la votación iba a ser reñido quedaba claro durante la tarde noche. “Muchas enmiendas se están aprobando o rechazando por uno o por unos pocos votos, hay mucho tira y afloja”, confirmaba una delegada. Corrillos y llamadas de teléfono trataban de arañar apoyos hasta casi el último momento.

Aunque ambas candidaturas negaban malestar entre ellas, lo cierto es que unos y otros criticaban al adversario., según las fuentes consultadas.

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