Casi cuatro horas esperando en Urgencias sin ser atendida por un médico

El reloj apuntaba la una y media de la tarde cuando María se dio cuenta de que no aguantaba más. Ya había estado el día anterior en Urgencias con una amigdalitis, consistente en una infección de placas muy prominente, y los antibióticos no estaban haciendo efecto, por lo que toda esa mañana seguía sufriendo picos de 39,5 de fiebre, así que decidió volver al hospital para que le recetaran algo más fuerte.

El hospital era la única opción ya que era un día de diario y el SUAP solo abre de 17.00 a 21.00 horas, mientras que en los centros de salud están para los médicos de cabecera que atienden telefónicamente y con cita previa. Una vez en el HUCE sabían que coronavirus no era porque le habían hecho el test de antígenos el día antes, y también sabían que no se iba a morir, así que en la zona de Triage, donde se determina la gravedad de los pacientes y cuando tienen que pasar a consulta, le dijeron que tendría que esperar a ser llamada de la ‘consulta 2’. Ya había estado una hora esperando para entrar en este primer filtro donde te ven los enfermeros, y donde le tomaron la temperatura y vieron que tenía 38°C en ese momento, pero la espera para ser atendida por un médico no había hecho más que empezar.

“Llegué a Urgencias sobre las dos de la tarde y eran casi las seis cuando regresé a mi casa, después de casi cuatro horas esperando me fui de allí porque me agobié mucho, me entró fatiga, vomité en el baño y no podía más”, relata María angustiada, y es que después de tanto tiempo en la sala de espera de Urgencia, “con tiritones y un mal cuerpo horrible”, se fue sin ser atendida por un médico.

Pero lo peor, fue el escenario que se encontró en esa sala del hospital. “Cuando entré había allí más de 20 personas esperando y no paraban de llegar, algunos migrantes, otras personas muy mayores, y llegó una chica muy joven que estaba medio inconsciente en una silla de ruedas y que su familia tuvo que entrar hasta tres veces en Triage porque no la llamaban de la consulta médica”, cuenta esta joven, que lleva en Ceuta poco más de un año por motivos laborales y asegura que “nunca había visto nada así” en la asistencia sanitaria de la península, era algo "inhumano".

Desde el Sindicato Médico, el doctor Enrique Roviralta, también presidente del Colegiode Médicos de Ceuta, destaca que esto sucede por la falta profesionales sanitarios en todas las categorías pero “especialmente médicos, porque las Urgencias requieren no solamente de un personal que trabaja por turnos, también están las guardias y en circunstancias excepcionales los desdoblamientos, como está pasando ahora con las personas que están irregularmente en Ceuta y que solo pueden acudir al servicio de Urgencias o de Emergencias, que también está bastante quemado”.

Además, Roviralta ha querido aprovechar esta denuncia para recordar la eliminación por parte del Ingesa de la zona de observación de Urgencias Pediátricas, un “problema que sigue sin arreglarse, algo fundamental para la atención a los niños se eliminó con la pandemia y hasta la fecha sigue igual porque hay una obra pendiente que "no es autorizada por Madrid”.

En evidencia queda que Urgencias es un servicio saturado y que existe una falta de medios no solo materiales, sino humanos, que provocan largas esperas de pacientes enfermos para poder ser atendidos por un médico. “Si no se refuerza el servicio de Urgencias pasa esto, cada médico tiene un cupo que atender y no es lo mismo 20 pacientes para un médico que para tres”, apunta Roviralta, la única solución posible a este problema: contratar más personal. “Si tienes más médicos en Urgencias tendrás menos tiempo de espera, más capacidad asistencial y también los médicos trabajarán en unas condiciones mejores para dar un servicio adecuado, porque están trabajando agotados y desbordados”.

Todo esto se suma a que la atención telemática en Atención Primaria por la situación derivada de la pandemia del coronavirus, hace que los pacientes solo puedan acudir al servicio de Urgencias. “Al final se convierte en una válvula de escape donde puedes ir por una patología de cualquier tipo y si no dimensionas el personal del servicio a las necesidades se satura, porque en las última semanas se han sumado las asistencias atendidas de 1.382 personas migrantes hasta este domingo”.

Todos estos son además factores “muy negativos” para la relación médico-paciente, porque si un paciente pasa horas esperando “se crea un ambiente de tensión”. Factores cuya “solución depende de la Administración General del Estado que es la competente a la hora de declarar Ceuta área de difícil desempeño médico y contratar más médicos para la ciudad”, sentencia Roviralta, porque “sin médicos, la sanidad es imposible”.

El servicio de Urgencias, saturado, atiende en una semana a 336 inmigrantes, 1.411 desde el 17 de mayo

El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria el Ceuta informa diariamente de la cantidad de personas atendidas dentro del denominado ‘Plan Catástrofe’ tras la crisis migratoria que se inició el pasado 17 de mayo cuando entraron miles de personas migrantes desde Marruecos por la frontera del Tarajal. Los últimos datos facilitados por el Ingesa indican que desde el viernes hasta el domingo 13 de junio, se atendieron a 29 personas de las que llegaron a la Ciudad Autónoma desde Marruecos, del total de atendidos en ese día, 18 han sido en el HUCE, 6 por el SUAP y 5 por el 061.

En toda la semana, suman 336 personas migrantes atendidas y el total de asistencias atendidas por Ingesa desde el inicio de la crisis es de 1.411. En cuanto la situación hospitalaria, en el HUCE, actualmente hay 8 de estas personas migrantes que se encuentran ingresadas. Este es uno de los principales motivos que ha llevado al servicio de Urgencias a una importante saturación, que provoca carencias asistencias y tiempo de espera muy elevados, por lo que desde los sindicatos siguen insistiendo en la necesidad de contratar más personal sanitario.