Calle Espíritu Santo

Calle desaparecida con la modernización de Ceuta la Vieja. Nacía en la también desaparecida calle de los Mártires, para finalizar en la calle Jáudenes, o calle Larga, que así es como la conocíamos en el barrio

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La calle Espíritu Santo, también era popularmente conocida como calle de la Tahona. Quiero pensar, que esto se debe a que en el número ocho, existía un horno de pan, propiedad de la familia Simón. Que probablemente sea el motivo por el cual todos la conocemos así. La familia Simón muy conocida y apreciada en Ceuta, en la calle Velarde, poseen otro negocio de las mismas características.

Alberto Baeza, en su libro “CEUTA 1900” nos la presenta así: Compuesta por numerosas bóvedas en los siglos XV y XVI, hasta que se fundó la ermita de su nombre en la calle San Juan de Dios.

A la calle del Espíritu Santo corresponde, mejor que a la mencionada, la historia que hacemos de ésta, pues aquella calle comprendía desde la Derecha o Jáudenes hasta la Muralla, de modo que no había calle de Mártires. Hoy solo comprende hasta la esquina que llega a la actual de los Mártires.

Continuando con Alberto Baeza, nos viene a decir que: La calle Iberia, que unirá el puente de la Almina con la plaza de la Constitución (plaza de África actual), dará realce al valor de esta histórica y religiosa vía. (El nombre de “Iberia” es el primer germen y antecedente, en 1.902, de lo que pretendía ser la “Gran Vía”, una avenida que uniese el puente de la Almina con la plaza de África.

Del convento, hospicio, monasterio e iglesia de los Dominicos se ha encontrado en la casa número 2 de la calle del Empecinado, en ocasión de derribos y restauraciones, restos humanos, maderas labradas, monedas y objetos cerámicos. Entre los restos humanos de las bóvedas del convento fue hallado un cráneo perfecto de mujer, con dentadura completa, y que en parietal izquierdo tenía la señal de haber sido atravesado con hierro a fuego. Se supone que sería de algún martirizado por los moros o alguna hereje condenada al cruel castigo de la época.

“Habiendo cambiado los Trinitarios calzados portugueses con los Padres Dominicos el convento de Tánger por el de Ceuta, el rey don Sebastián, en 1573 concedió a aquellos, durante un periodo en que no pudo tener efectiva realidad el trueque, residir en el convento del Espíritu Santo 14 religiosos y 3 familiares, que se mantuvieron muchos años en este sitio”.

La verdad sea dicha, no conozco a la gran mayoría de los vecinos de esta calle. No es una calle comercial, a pesar que en el número 2, se halle uno de los bares más populares de la ciudad “las Delicias”, propiedad de la familia Ferreiro. Los dos hijos varones del propietario, llamados José Antonio y Manolo, son dos chicos extraordinarios y muy conocidos en todo el barrio.

Además de “la Delicias” y la “Tahona”, solo posee el comercio conocido, como “Casa Pastor”. El resto son casas de vecinos.

No es un lugar que suela frecuentar. Por lo tanto, mi conocimiento de los vecinos, es muy limitado. Esto impide, que pueda extenderme en su relación, como lo he hecho por otras calles, más frecuentadas. No obstante, la relación que mantengo con varios chicos de mi edad, es bastante íntima, dado que suelen frecuentar Plaza de África. Punto de encuentro de los quinceañeros del barrio. Donde nos entregamos a los juegos típicos de estos tiempos. Estos contactos, me permite tener conocimiento de algunas familias que aquí residen.

Pasada “las Delicias”, a la derecha de la calle, existe una oficina, de la que no tengo ni idea a lo que se dedica.

Sigo subiendo la poca pendiente, que posee la calle, de piso de adoquines -como es característico en todo mi barrio-, y a la izquierda encontramos en número 7, donde vive la familia Benavídez, compuesta por el padre llamado Antonio Benavídez Martín, su esposa, Mercedes Cano Palomar y sus hijos: África, Antonio, Agustín y Paco. Antonio y Agustín son dos buenos amigos. Antonio es un gran aficionado a la pesca y es propietario de una “buceta”.

Otro vecino de este patio, se llama Manuel Espinosa Mendoza, casado con Manuela Vallejo Lladó, nacida en el patio de “La Ramblilla” y hermana de Juan Vallejo. Poseen dos hijos, Sebastián, al que conocemos como “Chan” y Nieves. Esta familia, tuvo la desgracia de perder, hace muy poco tiempo, al mayor de sus hijos llamado José. José trabajaba en la Empresa de Alumbrado Eléctrico y operando en unos cables de alta tensión, quedó electrocutado. Este suceso consternó a todo el barrio, dada la popularidad del fallecido.

Seguimos andando y topamos con una casa de dos plantas, donde reside con su familia, el propietario de las viviendas del patio de “La Ramblilla”, llamado Isaac Bendahan Abecasis -como su nombre indica, no hay duda que es judío-, casado con Raquel Garzón Abudarhan y sus hijos: Jacob, Ester, Leticia, Mary, Alegría, Mercedes, Salomón, Mesod y Rebeca. Mesod, es compañero mío, en la Escuela Pericial de Comercio.

En el mismo inmueble también reside, Juan Gil Pérez, su esposa Pepa Navarro Contreras y sus hijos: José, Andrés, Juan y María. Juan también es muy conocido, por su costumbre a frecuentar Plaza de África.

Otra familia muy conocida es la de Crisanto Segura Robles. Esta vive en un patio, donde se accede a través de un pasillo cubierto de unos seis metros. Este señor, está casado con Magdalena Albarracín López y poseen seis hijos llamados: Agustín, José, Crisanto, Magdalena, Francisca y Cecilia. En su casa, tienen también un acogido llamado Manuel Úbeda Martínez.

Otro vecino de este patio, se llama Juan Pajares Sala, casado con Concepción Blanco Jerez y tienen también seis hijos llamados: Carmen, Pepe, Francisca, Pedro, África y Conchi. Con Pepe y especialmente con Pedro, me une una gran amistad. A Pedro lo aprecio mucho.

También reside en este patio, Francisco Segura Robles, su esposa Inés Guerrero Gallardo y sus hijos: Francisca, Ana, M. del Carmen, Agustín y África. Agustín es también compañero de estudios.

José Cordón Navarro y su esposa M. Carmen Camúñez Albarracín y su hijo, José Manuel.

Para finalizar este entrañable patio, señalar que también posee un colegio. Llamado popularmente; “Colegio de la Tahona”. En el frontal del patio, en una planta baja, una vivienda, ha sido habilitada como si de un colegio se tratara. En él, imparten clase y residen, doña Elisa Molinero Salvador y sus hijas, doña Concha y doña Carmen. Doña Elisa es madre de uno de los mejores profesores que tenemos en Ceuta, don Teófilo Escribano Molinero. Este posee la “Academia Escribano” ubicada en lo alto de “Maquinas Sánchez”.

Esta gran y culta familia, cayó en desgracia por su inclinación hacia la república. Otra secuela más de la repugnante y vergonzosa guerra, a la que fue sometida el pueblo español.

No quiero olvidar, que en esta casa vive también una hermana de doña Elisa, llamada Rosaura.

La verdad es que cuando recuerdo y escribo estas cosas, se me revuelve el estómago y una gran tristeza me invade. Siempre lo he dicho y lo mantendré. Si algún día España me necesita para defender la piel de toro, ante cualquier país extranjero, seré el primero en ir al frente. Pero volver a una guerra entre hermanos, me apunto a ser también, el primer desertor.

En el número 12, vive una señora viuda llamada Isabel Pajuelo Rodríguez en compañía de sus siete hijos, llamados: Manolo, Rafael, África, Encarna, Isabel, Juan y José.

En el número 13, junto a la tienda de su propiedad, vive Manuel Pastor González, en unión de su esposa, Antonia Campoy Jiménez y sus cuatro hijos: Manolo, M. Carmen, Antonia -todos la llaman “Toñi”-, y Alberto Luis. Esta buena familia, es muy popular y conocida en el barrio y goza de un gran cariño por parte de los vecinos.

Toñi Pastor es una diosa griega. Posee una belleza extraordinaria. Ella y M. Carmen Bonmati, son las dos niñas más bonitas que he conocido en mi vida, y además las dos son de mi barrio. Como debe ser.

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