“Cuando una mujer pelea por lo que quiere se le llama histérica, cuando lo hace un hombre es íntegro”

Este martes, 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, a las 11:30 horas en el Salón de Actos del Campus Universitario de Ceuta se realizará una charla con el título ‘Presente, pasado y futuro de la Enfermería’. La coordinadora de esta mesa será Adelaida Álvarez Serrano, profesora y vicedecana de docencia de la Facultad de Ciencias de la Salud de nuestra ciudad. Formarán parte de esta jornada el testimonio de dos alumnas de Enfermería, de primero y cuarto curso para tener una visión al inicio y al final de la formación académica. Además, participarán dos enfermeras asistenciales, “una de ellas ha trabajado fundamentalmente en España, la otra, ha permanecido también casi una década en el Reino Unido”, explica Álvarez. Por último, contarán su experiencia dos profesoras, incluida la de Adelaida Álvarez, que hasta 2014 fue enfermera asistencial. La base está en ver cómo el hecho de ser mujeres, en una profesión eminentemente femenina, conlleva que “estemos cuestionadas por razón de sexo y estemos limitadas”, añade la misma.

Por el Día Internacional de la Mujer, “queremos hacer una especie de retrospectiva de cómo el sexismo también está presente en la profesión de enfermería, que es en su mayoría de mujeres”, comenta la vicedecana. Estamos concienciados, en su mayoría, que el sexismo forma –cada vez menos- parte de las diferentes ramas de la vida. Aun así, como cuenta Álvarez, “con la imagen del disfraz de enfermera hay un menosprecio hacia la mujer enfermera importante”. Además, para la profesora, la profesión de enfermería se considera “inferior si la compramos con fisioterapia” por el simple hecho que fisioterapia no es eminentemente femenina. “Vamos a abordar en qué aspectos nos hemos sentido cuestionadas o sexualizadas en nuestra trayectoria profesional”, agrega.

“Cuando una mujer consigue un logro importante se lo achacan todavía a la suerte”

En el momento en el que se habla del Grado de Medicina, como es una carrera muy amplia -son más años que Enfermería- “hay quien se apoya en eso, hay prejuicios que dicen que aquellas carreras que son eminentemente femeninas, tienen peor categoría”. Aunque en el Campus Universitario no van a ampliar sobre ese tema, “queremos centrarnos en que aunque estemos rodeadas de mujeres, estamos obligadas a cumplir una serie de estereotipos sobre ese sexismo, y si nos salimos de ahí, se nos cuestiona”, afirma.

“En el alumnado yo procuro que no haya comentarios machistas”, narra Adelaida Álvarez. Aun así, cuando uno habla de enfermeras, uno habla de cuidados, y al hablar de cuidados, inmediatamente lo relacionamos con la imagen de una madre, “si tú sigues esa tendencia lo estarás haciendo muy bien, en el momento en el que haces cualquier tipo de cuidado más científico, investigación, etc. te sales del rol”.

Cuando hablamos de sexismo no podemos hablar de un sexismo violento o fragrante, “hablamos del sexismo del disfraz de enfermera, tenemos que hablar del sexismo que se apoya en el paternalismo que ejerce ese hombre, esa mujer sumisa, cariñosa, amante de la familia, y que cuando haces ese rol y lo cumples: dedicada, madre, casa limpia y todo el mundo cuidado y atendido, por encima de las propias necesidades de esa persona, entonces va bien y eres buena persona”, sentencia. En caso de no cumplir ese estereotipo al pie de la letra, como por ejemplo que no quiera ser madre, “ya eres mala persona, porque, qué mujer no querría ser madre, qué clase de mujer es aquella que no tiene instinto maternal, es como una bruja”.

“Evidentemente hemos evolucionado, ahora podemos votar, pero después del voto, poco más ha llegado”

Las mujeres tenemos que luchar por el Día Internacional de la Mujer porque es evidente que la igualdad no se ha alcanzado, para la profesora y vicedecana “la mujer tiene muchas más dificultades para llegar a cargos de responsabilidad, porque renunciar a aspectos de su vida personal, que los hombres no tienen que renunciar porque socialmente no se les obliga a ello”. Además, las mujeres, en el momento que quieren disfrutar de una baja maternal o cualquier otro tema, dependiendo del tipo de empresa, “tienen dificultades para compatibilizar su vida, su permanencia en la empresa, en igualdad de currículums, etc., y mientras haya ese tipo de circunstancias, tenemos que seguir peleando porque somos iguales, ni mejores ni peores, y como tales tenemos que ser tratadas”, continúa.

La vicedecana afirma que la vida ha mejorado, evidentemente, “ahora podemos votar, pero después del voto, poco más ha llegado”. Porque a día de hoy, cuando una mujer consigue un logro, todavía se lo achacan a la suerte, sin embargo, “cuando un hombre consigue un logro importante es porque es un gran trabajador”. Asimismo, cuando una mujer tiene un puesto importante y pelea por lo que quiere, “se le llama histérica o conflictiva, y cuando un hombre hace lo mismo se le considera un hombre de principios, íntegro”. “Mientras siga esa diferenciación entre unos y otros, hay que seguir peleando”, sentencia.