Castillo: “Trabajé como si fuese un familiar, era lo que me daba fuerzas, no podía permitir que muriesen”
UN AÑO DE LA PEOR CRISIS CON MARRUECOS
El brigada jefe de los GEAS, Braulio Varela, y uno de los agentes, Ramón Castillo, cuentan a El Pueblo cómo fue su actuación decisiva en la crisis migratoria, “estuve incluso a punto de ahogarme porque te acercabas a echarle el aro a uno y venían dos a agarrarte a ti”
Braulio Varela Fuentes es el brigada jefe del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas de Ceuta, una unidad que fue necesaria en un momento crítico para Ceuta. Una ciudad autónoma en la que todas las instituciones se unieron por una causa: proteger la integridad física de las personas, en definitiva, salvar vidas. Todos recordamos a Juan Francisco Valle, cuya imagen rescatando a un bebé del agua dio la vuelta al país, pero fue una representación de todos los agentes, aunque ninguno pensaba en ese entonces, su instinto era “sacar a uno y a otro”, hasta que paraban, algunos después de “26 horas de servicio”. Un agente de los GEAS que nos cuenta hoy su experiencia, Ramón Castillo, ha reconocido que cuando acabó y llamó a su familia “tenía un nudo, me eché a llorar”. Actuaciones valientes, actitudes heroicas, todos a una, una crisis migratoria que la ciudad autónoma enfrentó con un valor humano: la solidaridad.
Pregunta.- ¿Cuál fue su labor y cómo se organizó la Guardia Civil, en concreto los GEAS, cuando recibió el aviso de la entrada masiva?
Respuesta.- Braulio Varela: En principio fue un día normal como otros tantos de servicio, entramos a las 8 de la mañana y una hora y pico después de empezar nos activan para que vayamos a la Bahía Norte, concretamente la frontera con Benzú, porque había nadadores cruzando y para que fuéramos en apoyo del Servicio Marítimo que estaban actuando en la zona también. Cuando llegamos allí, observamos que lo que había era muchas personas que estaban intentando, a través del espigón -andando y al llegar al final se tiraban al agua para cruzar a nado desde Marruecos-. Entre eso, pues muchas personas mayores, mujeres con niños pequeños. A medida que va pasando el tiempo y va bajando el volumen de personas que entraban por la zona de Benzú nos activó de nuevo la central para que fuésemos a dar apoyo a la Bahía Sur, el Tarajal.
Estaban cruzando muchos nadadores por allí, llegamos y fue cuestión de minutos cuando vimos que no eran personas de forma aislada, sino que había muchísimos, se perdía la vista en la playa de la cantidad de personas que estaban llegando hacia la frontera. A partir de ahí fue un no parar, en el Tarajal empezamos más o menos a medio día, y hasta el día siguiente hasta las 10:00 horas de la noche tuvimos dos turnos. El primer grupo estuvimos el día 17 hasta 26 horas de servicio, de ellas 14 horas fueron en el agua de forma continuada dedicándonos a sacar gente, muchos de ellos no sabían nadar y se hundían. Calculamos que salvamos la vida a más de cientos de personas, las sacabas casi a punto de ahogarse, y la cosa se alargó durante esos dos días.
"Estuvimos el día 17 hasta 26 horas de servicio, de ellas 14 horas fueron en el agua de forma continuada dedicándonos a sacar gente, muchos de ellos no sabían nadar y se hundían"
P.- ¿Cómo fue la coordinación con otros cuerpos de seguridad?
R.- Responsable de comunicación de la Guardia Civil, Alfonso Cruzado: En la comunidad marítima solo tiene componentes la Guardia Civil, tanto Servicio Marítimo como los GEAS. El apoyo del resto de instituciones y cuerpos del Estado hizo más trabajo en tierra que en mar. Desde el centro de coordinación estaba todo el dispositivo, tanto Cruz Roja, como Guardia Civil, como cualquier otro equipo.
Ramón Castillo: Colaboramos con el auxilio hasta que Cruz Roja se hacía cargo y volvíamos al agua, porque había otro. Mientras estabas arrastrando una persona a la playa estabas viendo a otro tragando agua, otros hundidos por otros compañeros por salvar su vida. La coordinación fue perfecta, no había otra, no sabíamos qué hora era, íbamos a trabajar e intentar que la integridad física de las personas estuviese bien, que no muriese nadie.
B.V: Estuve incluso a punto de ahogarme porque te acercabas a echarle el aro a uno, y entre que se agarra uno, vienen dos a agarrarte a ti, me costó unos cuantos tragos de agua.
R.C: Muchos no sabían nadar, mujeres con ropa que pesan más, y que cuando te estás ahogando hay un instinto innato en el que te agarras a lo que sea, ya sea tu hermano o tu padre, te agarras porque flotas, y tú lo hundes. A veces nos acercábamos -llevábamos unos cascos rojos- y ellos se tiraban a por nosotros, más de una vez a nosotros nos ahogaban.
B.V: Además debíamos hacer una criba, debíamos cribar sobre quién nos necesitaba más en ese momento o quién ponía un poco de ficción.
P.- Entiendo que su labor cotidiana exige esfuerzo y sacrificio como miembros de los GEAS, pero ¿cómo se sintieron desde una perspectiva personal?
R.- B.V: En principio no sientes nada, solo piensas en coger a uno, sacarlo, coger a otro, sacarlo y así sucesivamente. Cuando terminas te paras a pensar en casos concretos y dices, he salvado un montón de vidas y te das cuenta de la dimensión de lo que fue, y sobre todo, la satisfacción de haber cumplido, es lo mejor que nos llevamos a toro pasado. Desde que empieza el servicio hasta que salimos no tienes noción ni del tiempo, ni de las horas que llevas en el agua.
R.C: A trabajar, a que no se muera nadie, a hacer bien nuestro trabajo que para eso somos profesionales y a terminar el servicio. Yo estaba de permiso, cuando lo supe salí de Granada a las 3 de la mañana, me incorporé a las ocho de la mañana y dejo mis llaves, móvil y cartera en el cuartel, mi mujer y mis hijos no saben nada de mí, pues cuando a las 10 o 10:30 horas de la noche llego a la base y cojo el teléfono después del servicio llamo a mi mujer que estaba viendo todo por prensa. Me preguntó: “¿cari, cómo estás?”, y se me hizo un nudo en la garganta, no podía hablar, me eché a llorar. Tengo dos niñas y sacamos a muchos niños, me imaginaba como familia a los que sacábamos, no puedo permitir que esa persona muera, trabajaba como si sacase a un familiar, era lo que te daba fuerzas para seguir trabajando.
"Debíamos hacer una criba, debíamos cribar sobre quién nos necesitaba más en ese momento o quién ponía un poco de ficción"
P.- Dada su experiencia profesional, específicamente en este ámbito de intervenciones, ¿han pasado alguna vez por algo parecido?
R.- B.V: No, y esperemos que nunca volvamos a pasar por eso. Lo que pasó no pasa todos los días, y que no pasase ninguna desgracia salvo la persona que murió, fue extraordinario. Tuvo que haber algo mágico, porque hay casos en los que con 5 personas uno se ahoga, aquí que fueron más de 10.000 y no tuvimos que lamentar muchas muertes.
P.- ¿Cuántos dispositivos se desplegaron?
R.- R.C: Todos: Servicio Marítimo, los GEAS, Servicio Terrestre… Había un compañero que se había casado y vino, yo dejé mi permiso… todos acudimos a ayudar y trabajar.
P.- Recibisteis apoyo a nivel nacional, ¿llegaron a tiempo?, ¿cuántos agentes acudieron a nuestra ciudad con lo que conlleva el transporte a esta?
R.- Llegaron los apoyos cuando se necesitaron, estuvo todo bien coordinado.
P.- La Guardia Civil estuvo realizando labores de “auxilio humanitario” para evitar que los emigrantes pusieran en riesgo sus vidas, ¿cuántas vidas se tuvieron que lamentar y cómo fue esa labor de auxilio?
R.- B.V: Solo una, se me quedó grabado porque yo estaba entonces en la embarcación. Un compañero me pidió las gafas porque le habían dicho que había alguien con una chaqueta naranja que estaba teniendo problemas, le dejé las gafas y el tubo para que mirase y en seguida, a 3 metros de profundidad, estaba. Lo llevó a la superficie, los de Cruz Roja nos dijeron que lo llevásemos, que podía haber algo que hacer, estuvieron horas intentando reanimarlo, pero por desgracia nada se pudo hacer.
P.- El agente del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), Juan Francisco Valle, cuya imagen rescatando a un bebé del agua ha dado la vuelta al país, se hizo viral entonces por su labor, aunque todos realizaron labores de este tipo, supongo que están preparados para ello, pero ¿cómo se procede a nivel psicológico, qué supone esto para una persona, que al fin y al cabo es lo que es un agente?
R.- B.V: Es mentalizarse, y además la experiencia, no es la primera vez que rescatábamos gente, al poco tiempo que lleves en la especialidad a todo el mundo se le han dado casos de esos, pero es que no éramos conscientes,
R.C: Si alguien nos pregunta: “¿Cuántos has sacado?”, no sé. Solo recuerdo que me dolía todo el cuerpo, me dolía todo, todos salvamos a muchas personas.
"En principio no sientes nada, solo piensas en coger a uno, sacarlo, coger a otro, sacarlo y así sucesivamente"
P.- El GEAS de Ceuta fue distinguido con el premio Fundación Legado Alfonso XIII por su actuación en mayo, y a la Guardia Civil también se le reconoció con la Gran Cruz de la Orden del 4 de mayo en Madrid, ¿qué supone para los agentes que integran este equipo?
R.- B.V: Precisamente yo fui uno de los premiados con el premio Alfonso XIII y nos pilló de sopetón, fuimos Juan Francisco Valle y yo como jefe de grupo y te das cuenta que es un orgullo porque es un premio que se le da a 6 o 7 personas cada año, en ocasiones muy críticas. Aun así, nos hubiera gustado compartirlo con todos los compañeros, ni uno hizo más que otro ni otro más que otro, el que más y el que menos salvó vidas.
A.C: Juan Francisco Valle salió en la foto, pero todos sacaban críos. Con esa imagen nos representa a todos.
R.C: Hubo un compañero que sacó un niño que parecía un bulto de ropa, lo sacó del tirón creyendo que era eso y lo sacó sin respiración, y de repente, se le abrieron los ojos y empezó a llorar.
P.- ¿Qué reflexión o conclusión hacen después de un año?
R.- B.V: Que si vuelve a pasar hacemos lo mismo, no podíamos poner más de lo que pusimos, la conclusión es que esto no vuelva a pasar, salió muy bien pero podría haber pasado algo peor.
R.C: Estamos preparados y lo hicimos muy bien, actuaríamos igual.
P.- ¿Se han ampliado o modificado las actuaciones de este tipo por si volviese a ocurrir?
R.- B.V: No, porque con lo que tenemos pudimos cubrirlo, la Guardia Civil va todo a una y en cuanto pasa algo se levanta el teléfono y se activa. Se activó de forma inmediata y las actuaciones fueron coordinadas.