Aparece una medusa carabela portuguesa en la playa del Chorrillo

CARABELA PORTUGUESA

Según vecinos que se encontraban disfrutando de un día de verano, la localizó un bañista. Además, fuentes de la Ciudad informan a El Pueblo que se regresó a la normalidad, con bandera verde, aunque con vigilancia intensiva, por lo que no se tuvo que cerrar la playa como ha ocurrido en otras ocasiones en la ciudad autónoma

FOTO CEDIDA
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Durante la mañana del miércoles, 28 de junio, aparecía al menos una medusa carabela portuguesa en la playa de Chorrillo. Según vecinos que se encontraban disfrutando de un día de verano, la localizó un bañista. Se trata de una especie cuya picadura es peligrosa, por lo que obliga a activar todas las medidas de precaución. Según fuentes de la Ciudad, se regresó a la normalidad, con bandera verde, aunque con vigilancia intensiva, por lo que no se tuvo que cerrar la playa como en otros años

La carabela portuguesa (Physalia physalis), también conocida como fragata portuguesa, agua mala, aguaviva, botella azul o falsa medusa, es una especie monotípica de hidrozoo sifonóforo de la familia Physaliidae. Se suele encontrar en mar abierto en todas las aguas cálidas del planeta, en especial en las regiones tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico, así como en la corriente del Golfo atlántica. Su picadura es peligrosa y muy dolorosa. Van solas, no en grupos.

Con apariencia de medusa, la carabela es en realidad un organismo colonial cuyos individuos se especializan para mantener viva la colonia. Se trata de una agrupación de hidroides que se dividen el trabajo: el neumatóforo (parte que flota o vela), los gastrozoides (digestión), dactilozoides (detección y captura de presas, y defensa) y los gonozoides (se ocupan de la reproducción).

Está formada por una vela gelatinosa de entre 15 y 30 centímetros que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas, mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos puede llegar a medir hasta 50 metros, aunque normalmente tienen una extensión de unos 10 metros.

Estos tentáculos están provistos de cápsulas urticantes denominadas cnidocitos que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano. Estas cápsulas, ante el estímulo apropiado, liberan un filamento hueco espiralado de un único uso llamado nematocisto, que puede ser de distintos tipos: simples ventosas, prolongaciones largas de los tentáculos que se enrollan alrededor de la presa, y púas o espinas que pueden inyectar una toxina proteica que paraliza a la presa.

Los tentáculos tienen por objeto envolver a las presas e introducirlas en la boca hasta la cavidad gastrovascular, donde comienza la digestión.

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