Las vueltas de la vida: “Vendí un iPhone para irme a vivir a Ceuta por amor”

SOCIEDAD

Esta es la historia de Sergio Ortiz: “Ceuta no es Madrid. Un día íbamos agarrados de la mano por Gran Vía y la gente no paraba de mirarnos, incluso llegaron a hacer comentarios”

FOTO EL PUEBLO
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Las decisiones del destino propio son puro azar. Y a veces, las oportunidades de la vida; las profesionales y las personales, pueden llevar a uno por caminos que jamás antes se pudieron vislumbrar. Si a todo lo anterior, se le suma el factor ‘amor’, el viaje de la vida puede ser todavía a más velocidad, sin saber cuándo y dónde pueden terminar las vueltas de la montaña rusa sentimental. Lo que está claro es que toda decisión conlleva una consecuencia, y en muchas ocasiones tirarse a la piscina por amor puede ser una de esas grandes aventuras de la experiencia vital, con llegada a buen puerto. Un ejemplo claro es la historia de película que ha elegido vivir el madrileño Sergio Ortiz. Las casualidades le han hecho terminar viviendo en Ceuta “por amor”.

Ortiz es tiktoker y hace algo más de medio año compartió con los usuarios de esta red social una reflexión sobre la bisexualidad, en formato de vídeo. Algo que le llevó a vivir una de las grandes historias de su vida. “Soy bisexual. Subí un vídeo a TikTok en el que contaba que las personas no nos tenemos que esconder por lo que sentimos, y así ayudar a otros con mi testimonio”. Sin embargo, él en ese momento no sabía lo que el destino le tenía preparado. “Surgió que mi pareja actual vio el vídeo en la sección ‘para ti’ de TikTok y empezamos a hablar por privado, porque ahora mismo esta red social es la nueva plataforma para ligar, la verdad”. Ahí comenzaría una de esas vivencias que jamás olvidará. Así, Ortiz y Juanma, su actual pareja y ceutí, “comenzaron a hablar” y “a las semanas yo ya lo tenía en Madrid conociéndome en persona”.

FOTO EL PUEBLO
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Fueron varias veces, concretamente “tres”, las que Sergio Ortiz viajó a Ceuta después de su primera toma de contacto con Juanma en la capital de España. Y finalmente, Sergio terminó viviendo en territorio caballa “por amor”. Desde noviembre del 2022 este joven madrileño reside en Ceuta, como uno más, “y feliz”. “Esta es una ciudad muy acogedora, que aunque digan que es pequeña para mí no lo es. La gente de aquí es muy agradable”, sostiene. Su llegada a la Ciudad tuvo un antecedente: “vender un iPhone” para poder hacer frente a este nuevo rumbo vital. “No me arrepiento de nada de lo hecho”. Ahora trabaja en el Burger King de Ceuta, y “está muy agradecido”, ya que consiguió esta oferta laboral “gracias a los caballas de los grupos de Facebook”.

Sin embargo, no todo es color de rosas. Sergio Ortiz afirma que “Ceuta no es Madrid. Allí hay bastante libertad, puedes ir de la mano sin que nadie te juzgue, sin que nadie te mire… Aquí eso cuesta un poco. Un día íbamos agarrados de la mano por Gran Vía y la gente no paraba de mirarnos, incluso llegaron a hacer comentarios”. Pero esa situación no ha eclipsado su felicidad compartida, llegando a afirmar que “me encantaría quedarme en Ceuta por mucho tiempo y más si es con la persona con la que estoy. No ha sido una decisión dura. Si quieres ser feliz, adelante. Hay que normalizar de una vez las relaciones entre dos mujeres y entre dos hombres”, reitera mientras cuenta su historia con las puertas abiertas.

Por ello, Ortiz se atreve a ondear la bandera de la libertad. “Deberíamos de empezar a ver lo bonito que es el amor”, mientras recuerda una de las más dolorosas situaciones que vivían él y Juanma, antes de su instalación en Ceuta. “Antes de venirme, nos despedíamos en la estación y francamente, lo pasábamos bastante mal”, explica firmemente mientras echa una mirada a lo que ha vivido, conseguido y desde donde está ahora. Lejos de su hogar de origen, entre aguas saladas, y “muy feliz”. Una aventura que al final se ha convertido en historia. Una de esas que desea que “duren mucho” y que pueda seguir escribiendo capítulos por mucho tiempo. Ya lo decía el matemático, filósofo y físico francés, Blaise Pascal, “el corazón tiene razones, que la razón desconoce”. Como esta: “terminar en Ceuta por amor” llegando a vender un iPhone para poder ser posible cruzar el estrecho sin billete de vuelta.

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