Las llegadas ilegales de migrantes a Ceuta minimizan el efecto de las salidas del CETI a la península

La llegada de inmigrantes a las costas de Ceuta no cesa, agravada por las condiciones meteorológicas y la presencia de niebla en el paso fronterizo del Tarajal. Este fenómeno permite a migrantes, en su mayoría de origen marroquí y argelino, lanzarse al mar o intentar saltar las vallas del perímetro fronterizo, desafiando a las autoridades españolas en su intento por entrar de forma irregular al territorio.

Durante la madrugada de este sábado, la Guardia Civil ha tenido una intensa jornada de trabajo. Efectivos del Servicio Marítimo, en coordinación con las unidades de frontera, han intervenido para rescatar a varios inmigrantes que se encontraban en el agua. Entre ellos, se contabilizaron alrededor de una docena de menores y algo más de media docena de adultos. Todos de origen marroquí y argelino, fueron llevados a tierra para su identificación y atención médica inmediata.

Este constante goteo de inmigrantes hacia Ceuta ha provocado que, a pesar de las salidas programadas de inmigrantes desde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) hacia la península, la ocupación del centro no descienda al ritmo deseado. En las últimas dos salidas, un total de 109 migrantes fueron trasladados a otros centros de acogida en Andalucía. Sin embargo, la alta afluencia de nuevas llegadas mantiene el CETI en una situación de sobreocupación.

Antes de estas salidas, el CETI albergaba a aproximadamente 630 migrantes, sobrepasando su capacidad máxima de 512 plazas. Tras la salida de 109 migrantes, la cifra de ocupación apenas ha descendido, situándose en torno a los 570 residentes, y sigue en aumento debido a la entrada de nuevos inmigrantes.

Las autoridades continúan trabajando en la programación de nuevas salidas de migrantes hacia la península, que se espera se produzcan la próxima semana. Sin embargo, mientras estas salidas se organizan, el flujo constante de entradas ilegales mantiene al CETI en un estado de saturación, lo que dificulta la gestión y la atención adecuada a los migrantes albergados.

A esta situación se suma el anuncio de dimisión del actual director del CETI, quien ha presentado toda la documentación necesaria para hacer efectiva su renuncia a finales de este mes. El Ministerio de Migraciones está en proceso de designar a un nuevo director, quien deberá asumir el cargo el próximo 1 de septiembre. Se espera que el nombre del nuevo responsable se dé a conocer en la última semana de agosto, generando incertidumbre sobre el futuro manejo del centro.

La dimisión del director del CETI complica aún más la situación del centro, que no solo enfrenta la sobreocupación, sino también desafíos logísticos y administrativos. La llegada de un nuevo director podría implicar cambios en la estrategia de gestión y en la coordinación con las autoridades para manejar la afluencia de migrantes de manera más efectiva.

Entretanto, la Guardia Civil ha reforzado su presencia en la frontera y ha intensificado el uso de cámaras térmicas para detectar y frenar la entrada ilegal de inmigrantes. Estas medidas, aunque efectivas en parte, no han logrado detener completamente el flujo de personas que arriesgan sus vidas en el mar o intentando saltar las vallas fronterizas.

El fenómeno de la migración irregular hacia Ceuta sigue siendo un desafío importante para las autoridades españolas. La densa niebla que ha caracterizado las noches de este verano en la ciudad facilita a los migrantes intentar cruzar hacia España, a pesar de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad para disuadir estas prácticas.

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