La sanidad en Ceuta sigue esperando hechos, no palabras
La sanidad en Ceuta sigue a la espera de soluciones concretas, pero lo que recibe son promesas vacías. El presidente del Sindicato Médico de Ceuta, Enrique Roviralta, lo ha dejado claro: tras la visita de Isabel Muñoz, directora del INGESA, nada ha cambiado. La esperanza que se depositó en sus palabras ha quedado en eso, palabras, sin materializarse en acciones que realmente mejoren la situación de los profesionales y pacientes. Y lo que es peor, se plantea la posibilidad de reactivar la huelga de médicos, una protesta que, aunque con poco seguimiento en el pasado, refleja un malestar profundo y creciente.
Los recortes salariales, que datan de más de una década, siguen siendo una espina clavada en el colectivo médico, especialmente en ciudades como Ceuta y Melilla, donde las condiciones laborales son significativamente peores que en otras partes del país. Las guardias en festivos se pagan a la mitad que en comunidades como Baleares o Cataluña, y los incentivos prometidos para zonas de difícil cobertura siguen siendo solo eso, promesas. Ceuta está lejos de ofrecer las condiciones que atraigan y retengan a los profesionales que tanto necesita.
Es frustrante escuchar declaraciones optimistas que distan de la realidad. Mientras que desde el INGESA se habla de una mejora en la Atención Primaria, los médicos siguen atendiendo a 50 o 60 pacientes al día, muy por encima de los estándares recomendados. La falta de personal es evidente, y los profesionales están agotados, sin sustituciones adecuadas y con un sistema que parece colapsar bajo su propio peso.
La pregunta es, ¿hasta cuándo podrán seguir así? La próxima asamblea del Sindicato Médico en octubre decidirá si la huelga se retoma, y aunque esta medida no sea deseada por nadie, parece que las acciones drásticas son la única manera de presionar para que se tomen decisiones. Porque, al final, Ceuta no necesita más palabras, necesita hechos que transformen su sistema de salud y dignifiquen la labor de sus médicos.
