La defensa en el juicio por blanqueo se centra en demostrar el efectivo lícito a través de alquileres
TRIBUNALES
El letrado de la exmujer del cabecilla aportará un perito económico los próximos días para demostrar el patrimonio con el que conseguían comprar bienes
Por segundo día consecutivo el macrojuicio por blanqueo asociado al narcotráfico finalizó con el desfile de testigos en la sesión matutina. Durante la jornada del miércoles la defensa de la exmujer del supuesto cabecilla de la trama se centró en demostrar que el matrimonio poseía una nave y varias casas de las que conseguía dinero lícito a través de diferentes alquileres. El letrado posee un as en la manga para tratar de desmontar a los guardias civiles que expusieron su teoría sobre por qué existía lavado de dinero en la presunta red desde que empezaron la investigación. En los próximos días presentará a un perito económico para intentar hacer caer la narrativa de la fiscalía.
El primer testigo en entrar hizo mención del edificio Pirámide, donde tenía un contrato de alquiler que firmó junto a F.J. y su ahora exmujer M.M. Estuvo, según expuso, seis o siete meses pagando una renta, casi siempre en metálico, de unos 750 euros en el año 2010. “Hace ahora 14 años de aquello. No veía mal abonar en mano. Ni siquiera ahora lo vería mal”.
El anterior inquilino era un conocido deportista ceutí con las iniciales M.C. El letrado de la defensa pidió su comparecencia vía telemática para que explicara cómo era su régimen de alquiler, cuánto abonaba y si percibió alguna irregularidad durante los meses que estuvo vivienda en dicha propiedad.
“Lo que buscamos es probar la capacidad económica de mi defendida. Los agentes -que se encargaron de intentar demostrar el delito de blanqueo hace unas semanas- solo plasmaron el dinero que tenía en el banco, no el dinero en efectivo que ha podido recibir mi representada en años”, argumentó el abogado.
El siguiente testigo fue un inquilino de otra casa propiedad del matrimonio, ahora divorciado. El individuo que declaró, carpintero de profesión, necesitó de una traductora y afirmó que pagó en un principio 300 euros para posteriormente abonar 350.
Aunque en un principio pagó a través de su cuenta bancaria, posteriormente lo hizo en metálico debido a que, según explicó, le habían bloqueado la cuenta debido a que no poseía documentación. Desde 2012 hasta el principio del covid estuvo sin contrato.
A.C. es otro de los inquilinos que declaró este miércoles y que aún paga una renta en el edificio Pirámide. A pesar de que hubo algunas confusiones con los nombres del concepto que escribía para abonar el alquiler, el testigo sostuvo que todo lo realizaba mediante transferencia bancaria.
De la renta de casas el interrogatorio viró hacia el alquiler de una parte de una nave del Tarajal. K., un experimentado empresario textil desde hace más de tres décadas, reconoció su buena relación con el supuesto cabecilla de la trama y su ahora exmujer. Según expresó, abonaba unos 2.000 euros todos los meses, pero no llegaron a firmar un contrato por algún problema burocrático por la parte contratante. Todo el dinero fue en metálico y sin recibos.
Fue el asunto más jugoso al que se aferró la defensa, ya que el matrimonio poseía una tienda de electrodomésticos en la misma nave en una época, desde 2007, en la que el comercio informal, las porteadoras y clientes marroquíes cruzaban la frontera día tras días para hacer negocios. El 95%, aseguró, en metálico. “Entraba y salía muchísima mercancía”.
Por último, la defensa presentó a un último testigo relacionado con los alquileres de casas, esta vez llegó una persona que vivía en la calle Colombia. Según declaró pagaba 550 euros, siempre a través de transferencia bancaria. Nunca vio al matrimonio, ya que siempre negoció con la inmobiliaria.
La “ejecución” del perro
Uno de los puntos más sorpresivos dentro de la vista de este miércoles fue el que dio un mayoral de la finca malagüeña Maestro Escuela. S.A., un hombre criado entre campos y caballos y que empezó con un: “quiero mucho a esta familia. Se han portado muy bien conmigo siempre”, relató una escena en la que estaba involucrada una mascota doméstica.
Fue durante un registro de la Guardia Civil en la finca Maestro Escuela, un día que quedó en la memoria de todos los presentes que fueron testigos. S.A., describió cómo los agentes dispararon a un doberman “manso” y que “jugaba con toda la familia”.
-"Entonces lo ejecutaron", afirmó el abogado de la defensa.
-"No ha dicho que lo ejecutaron", corrigió el magistrado Fernando Tesón
-"Lo mataron, lo mataron", lamentó el testigo.
Sigue el canal de El Pueblo de Ceuta en WhatsApp. Pincha aquí, dale a SEGUIR y encontrarás toda la actualidad informativa de la jornada ceutí