Marruecos retrasa indefinidamente la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla
ESPAÑA - MARRUECOS
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores español, se sospecha que la negativa de Rabat podría estar condicionada por su interés en que la UE reconozca el derecho de Marruecos a negociar en nombre del Sáhara Occidental, territorio en disputa desde hace décadas
Marruecos ha descartado, al menos a corto y medio plazo, la apertura de las aduanas comerciales en Ceuta y Melilla, una decisión que frena nuevamente los esfuerzos de España para regularizar el flujo de mercancías en ambas ciudades autónomas. Según fuentes diplomáticas, Rabat justifica esta decisión en “complicaciones técnicas” que, afirman, obstaculizan el desarrollo del proyecto, luego de que la aduana de Melilla fuera clausurada unilateralmente en 2018 y la de Ceuta nunca se haya materializado pese a las pruebas realizadas. Sin embargo, la postura de Marruecos podría estar también influenciada por el reciente fallo de la Justicia de la Unión Europea (UE) que rechaza los acuerdos pesqueros y agrícolas entre la UE y Marruecos, argumentando que estos acuerdos no cuentan con el consentimiento del pueblo saharaui.
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores español, se sospecha que la negativa de Rabat podría estar condicionada por su interés en que la UE reconozca el derecho de Marruecos a negociar en nombre del Sáhara Occidental, territorio en disputa desde hace décadas. Este factor añade una matiz diplomática al conflicto aduanero, que va mucho más allá de los aspectos comerciales y compromete la relación estratégica entre ambos países.
Para España, la apertura de estas aduanas tiene un trasfondo diplomático de gran calado, pues implicaría un reconocimiento tácito de la soberanía española sobre Ceuta y Melilla. Fuentes diplomáticas españolas sostienen que en Moncloa y Exteriores se considera que la apertura de los puestos aduaneros significaría un cambio fundamental en las aspiraciones territoriales de Marruecos sobre estas dos ciudades. Sin embargo, el retraso continuo de este acuerdo ha generado inquietud en el Gobierno español.
La última negativa de Marruecos parece estar directamente relacionada con la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que rechaza los acuerdos pesqueros y agrícolas de la UE con Marruecos al considerar que Rabat no cuenta con el consentimiento del pueblo saharaui. Esta decisión fue percibida en Marruecos como un revés en sus aspiraciones sobre el Sáhara Occidental, y según las fuentes consultadas, el enfado en Rabat podría estar dificultando cualquier avance en las conversaciones sobre las aduanas de Ceuta y Melilla.
“Marruecos no tiene intención de dar un paso que suponga reconocer la soberanía española y europea de Ceuta y Melilla mientras no se resuelva la situación del acuerdo pesquero y agrícola”, indican fuentes diplomáticas. Asimismo, agregan que Marruecos exige un compromiso firme por parte de España para que en Bruselas se negocie un acuerdo que permita que los productos procedentes del Sáhara Occidental sean reconocidos como marroquíes.
Esta compleja situación se produce en un momento en el que el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha señalado la importancia de reforzar las “relaciones estratégicas” con Marruecos, a pesar de la reciente decisión judicial de la UE. Planas ha reiterado en Luxemburgo el interés político de España en fortalecer la cooperación con Marruecos, aunque ha reconocido que el fallo del TJUE es una cuestión que debe respetarse.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, regresó de su última visita a Marruecos en febrero sin lograr resolver uno de los temas prioritarios para el Ejecutivo español: la apertura de las aduanas en Ceuta y Melilla. La delegación española esperaba poder avanzar en este asunto, pero la visita conclusiones sin que el monarca marroquí, Mohamed VI, aceptara una fecha concreta para el inicio de operaciones aduaneras en las dos ciudades autónomas.
Durante la reunión entre Sánchez y la monarca marroquí, Marruecos solicitó más tiempo para implementar el proyecto, pese a que el Ministerio de Exteriores español aseguró que todo estaba listo y preparado para poner en marcha la apertura de las aduanas. La delegación española regresó de Rabat con evidencias de engaño, ya que se esperaba que este encuentro sirviera para oficializar el proyecto.
La importancia de este proyecto, aseguran expertos en geopolítica, no radica únicamente en el impacto económico que podría tener sobre Ceuta y Melilla, sino en su valor estratégico y simbólico. La apertura de las aduanas no solo establecería un vínculo comercial formal con Marruecos, sino que supondría un reconocimiento tácito de la soberanía española sobre ambos territorios, hecho que podría resultar decisivo en caso de una disputa sobre la soberanía de estas ciudades.
El retraso en la apertura de las aduanas también refleja las dificultades en la relación bilateral entre España y Marruecos, especialmente en temas sensibles como el Sáhara Occidental y los acuerdos comerciales. Rabat, según las fuentes consultadas, considera fundamental el respaldo de España para que el futuro acuerdo comercial entre la UE y Marruecos contemple los intereses marroquíes sobre el Sáhara.
Pese a los múltiples intentos y las reuniones celebradas, la situación no parece tener una solución a corto plazo.
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